Morelia/Vianey J. Cervantes
Fue un viaje en el tiempo. De la voz del maestro Jaime Reyes, director del Museo Regional de Michoacán, recorrimos los senderos de la existencia de esta nuestra ciudad, el Jardín de la Nueva España, Morelia, la de Cantera Rosa.
Considerada como la cuna ideológica de la Independencia, la ciudad se vio sin identidad definida durante cientos de años. Desde la llegada de los españoles, cuando se conocía como «Loma Larga» o Valle de Guayangareo y su paso por otros cinco nombres.
El Valle, que era habitado por pirindas y Matlazintas, era un lugar de paso para los frailes misioneros, hasta que se asentaron definitivamente para dar el auxilio espiritual a los habitantes; se convirtió entonces en un punto de atención para la corona española.
Con voz de catedrático, narró el proceso de discusión con los patzcuarenses por el título de Nueva Ciudad de Mechoacan, esto por la importancia política y religiosa que tenía el nombre; y debido a las relaciones del tan querido Tata Vasco, Morelia fue llamada «Pueblo de Guayangareo».
Morelia no recobraría su nombre hasta pasada la muerte del obispo Vasco de Quiroga, y fue en el año de 1577, cuando el Rey Felipe II ordenó cambiar el nombre por Valladolid.
El edificio histórico que fungió como nuestro recinto nos recordaba, en su arquitectura de cantera, el paso de la historia que tiene la ciudad, su valor político reposaba en sus arcos y sus detalles remarcaban en sus bordes la diversidad cultural de la ciudad; al fondo, algunos de los pequeños prestaban atención al hombre del pódium, mientras que otros escondían sus rostros tras el rojo de sus uniformes, al platicar con «el de atrás».
El edil de la antigua Valladolid, Alfonso Martínez Alcázar, miraba a su alrededor, atento a la voz que llenaba el patio del Palacio Municipal por el 189 aniversario de ser Morelia. La cantera mantenía el lugar con cierto aire frío, y el techo dejaba ver, a través de su cubierta una pálida luz solar, casi despertando.
Así, el maestro Reyes nos retornó en el tiempo; pasamos por la ciudad que llamamos hogar, ya sea Loma Larga, Valle de Guayangareo, Patria de Morelos o Provincia de Michoacán. Al final, estas calles de cantera abrigan a los morelianos de hoy, y abrigaron a los vallisoletanos de antaño que, sea como sea, somos y fueron michoacanos, mexicanos.