Matinal reforestación (Fotogalería)

Imagen: Héctor Tapia
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Lázaro Cárdenas/Héctor Tapia

 

El aroma de la brisa marina revolotea en Barra de Santa Anna, uno de los esteros del municipio de Lázaro Cárdenas. Los primeros rayos del sol comienzan a coronar las palmeras y el mangle que cobija el agua dulce del estero que desemboca en el mar.

A un costado del sendero de terracería que sirve de acceso a la playa desde el boulevard costero, varios integrantes de la Cooperativa Pesquera de Barra de Santa Anna llegan en varios vehículos; en una camioneta traen varias plantas de mangle que sembrarán para reforestar el lugar.

Lo primero que hacen es comenzar a chaponear, como le dicen a quitar la maleza, para ir limpiando y preparando el lugar donde habrán de sembrar las plantas de mangle blanco que llevaron para la ocasión.

Mientras preparan el terreno se puede ver el espejo de agua al fondo, entre el entramado de las ramas del mangle que aún queda; también se ve, entre las caprichosas formas de las ramas bolsas de plástico con basura dejadas impunemente por los visitantes. Contienen botellas de refresco, platos y vasos desechables.

Entre los cooperativistas, quienes se encargan de velar y cuidar el estero, está Joaquín Serrano Gómez, quien es el dirigente de la misma, es originario de Michoacán, lleva viviendo 30 años en Lázaro Cárdenas.

Con la cabeza tapada por una capucha de las que usan los mineros en el complejo siderúrgico de ArcelorMittal, Joaquín Serrano, mientras chaponea con su machete, cuenta que en Barra de Santa Anna han tenido una serie de altibajos por una mala administración que se hizo de la cooperativa por los anteriores dirigentes.

Deja el machete y toma entonces un rastrillo, comienza a recoger los residuos dejados por la limpieza. Al fondo se ven otros cooperativistas concentrados en lo suyo.

Sigue contando que están tratando de recuperar el terreno perdido y que esperan que con la puesta en marcha de los tours turísticos en lancha por el estero  se recuperen económicamente.

Para esto, dice mientras se quita la capucha y se seca el sudor de la frente, es necesario que Capitanía del Puerto les de la autorización.

Mientras llegan los hijos de los cooperativistas para plantar el mangle, detalla que los paseos forman parte de un proyecto ecoturístico mayor que beneficiarán a 22 pescadores que integran la cooperativa, y a sus familias.