Caracas/Héctor Tenorio
El metro de la ciudad de Caracas a las diez de la mañana va saturado, el ambiente se siente repleto de intolerancia, en el vagón, una señora de aproximadamente 50 años habla con otras dos, a gritos, “ahora que México se unió a la posición de Estados Unidos, de estar en contra de Maduro, ya no va haber cajitas claps, (canasta básica de alimento que el gobierno que vende a un bajo precio, varios de los productos son origen mexicano)”. Las amigas le dieron la razón y ella se envalentonó: “La elección del domingo fue una farsa, nadie salió a votar”. El resto de los pasajeros no le paran bola y ella terminó quedándose callada el resto del viaje.
Enfrente de ella viaja una mujer catira (rubia) con dos bebes de dos años aproximadamente; la niña es mulata y el niño es rubio, el varoncito se pone a jugar con el bolso de su mamá y ésta lo reprime: “no chico, te vas hacer maricón”. Nadie parece percatase de que, en la madrugada, agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) detuvieron a los dirigentes de la oposición Leopoldo López y Antonio Ledezma, quienes cumplían arresto domiciliario.
En los andenes las cosas no están mejor, un muchacho de camisa blanca y pantalón de mezclilla intento robarle el bolso a una señora que iba con su hija adolescente. Sin embargo, falló en su intento, la mujer con la fuerza que le da pesar alrededor de 95 kilos, sujetó el bolso, la escena se complicó cuando ella empezó a gritar histéricamente, “¡me roban, ayuda, me roba!”, el malandro terminó alejándose unos metros. De inmediato aparecieron los efectivos de la Policía Nacional Bolivariana, rodearon al joven de veinte y tantos años, le esculcaron sus cosas, el oficial de más alto rango ordenó a los subalternos: “me lo revisan bien y si es necesario desnudarlo, háganlo”. La mujer que evitó ser robada estaba a un lado, entró en un shock nervioso, sus enormes ojos no pudieron evitar el llanto, la hija angustiada no sabía cómo calmarla.
Mientras en la superficie, un tenso aroma de tensión se ha expandido, la Plaza Candelaria fue resguardada por 11 efectivos de la Policía Nacional Bolivariana que detienen a quien tenga aspecto de malandro, lo revisan y luego lo dejan seguir su camino. Un palo de agua se soltó y muchos optaron por refugiarse en la iglesia. En la plaza Simón Bolívar se vive la misma escena. Ahí está el libertador, mirando a Venezuela.
A un lado está el Palacio Federal, sede de la Asamblea Nacional, se encuentra fuertemente custodiado, en su interior están la Guardia Nacional y afuera la Policía Nacional Bolivariana cuidando los cuatro puntos cardinales. No es para menos, mañana la oposición amenazó con impedir que los 545 constituyentes sean juramentados, por lo que podrían darse brotes de violencia.
A pesar de que la situación es compleja, los compradores de dólar continúan su negocio sin que nadie los moleste, solo la lluvia los ahuyenta.
Dos hombres hablan sobre que los imperios siempre han existido, critican al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por desconocer los resultados de la Constituyente. Cabe señalar que anoche el presidente Nicolás Maduro habló en cadena nacional sobre la posibilidad de que se produzca una invasión estadounidense al país sudamericano, comentó que hay diez millones de venezolanos que estarían dispuestos a defender a Venezuela. También dijo que el imperio siempre ha maltratado a Latinoamérica, sobre todo a los mexicanos: «Si yo fuera presidente de México, iría a la frontera e impediría que se construyera el muro».
A unas cuantas calles del Palacio Federal, en la avenida Urdaneta hay un larga cola para conseguir una cajita clap, el mal tiempo hizo que las señoras se alteraran y empezaron los empujones, resultó necesario que los soldados, que están a cargo de la repartición, salieran a calmar la cosa, «cómo está la vaina, orden señoras que todos nos estamos mojando».
Para la periodista Elizabeth Pérez del periódico El Correo del Orinoco, el cerco económico que sufre su país es porque el proceso revolucionario está a punto de consolidarse con la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente: «Ya lo decía Hugo Chávez, esto no va a ser fácil, quien tenga miedo que se quede en su casa». Desde su punto de vista, la oposición fracasará en su intento por impedir que se juramenten los constituyentes, «son patadas de ahogado».
Al este de la ciudad, en el municipio de Chacao, los guariberos no aparecieron, la Plaza Cristal luce vacía, apenas ayer en el mismo lugar la opositora María Corina señaló que era hora que la comunidad internacional pasara de lo dicho a los hechos en una clara referencia a la necesidad de una intervención militar. Alrededor de lugar hay hojas pegadas por todos lados: «Liberen a Carlos Julio Rojas. Venezuela tiene hambre».
En la calle, un muchacho habla con alguien: «A Leopoldo López lo metieron a la cárcel de nuevo».
Los comercios cierran temprano, mañana será un día complicado para Venezuela.