Morelia/Julieta Coria
Tzitziki, Ana María, Talía, Marisol, Omega, Adriana, Lulú y una decena de mujeres más, se encontraban en un círculo, frente a los ojos de la gente que hoy será testigo de la creación del observatorio ciudadano contra la violencia de género.
Mujeres de blanco sin micrófono en mano lanzaban quejas sobre el sistema y se decían listas para trabajar con la ciudadanía y encontrar soluciones antes lo que llamaron una «inservible alerta de género» que sigue dejando muertes de mujeres en el estado, y a la fecha suman 66 muertes, solo en 2017.
Ellas, las de blanco pedían una y otra vez justicia, soluciones y un desesperado «ya basta» basta de asesinatos a las mujeres y niñas, basta de ser cómplices , «todos somos responsables» decía una mujer frente al auditoria con una rabia y una fuerza al hablar.
«Queremos coadyuvar a los trabajos de Alerta de género, continuaban Ana, ante lo que llamó un resultado devastador en lo único que ha dejado la Alerta de Género, que “nos ha acercado al infierno”, por eso “venimos en paz”.
Representado la paz que el estado pide, ante la ola de feminicidios que amenaza el género día a día, se encontraban frente a un grupo de personas, con los ojos clavados en el circulan de mujeres que hoy convocan a sumarse al observatorio ciudadano para la paz.
Mujeres de blanco listas para apoyar a los trabajos de la alerta de género y capacitar a quienes las falta «visión» continuaba mientras cada vez más mujeres de blanco aparecían en escena, con un semblante de coraje.
Las palabras cada vez tomaban un giro poderos e intenso, «venimos en paz pero con mucha fuerza, venimos a ofrecer una tregua» decía Adriana para después arrojar de nuevo la dolorosa cifra de 800 feminicidios desde 2011 y de nuevo recalcó las 66 muertas, en 2017.
Hablaron del perdón, para poder continuar y la falta de participación ciudadana, por supuesto, de la urgencia de terminar con la ola de violencia que parece no tener fin y terminar con los funerales injustos en un estado que se está quedando huérfano de madres.
Poco se dijo de las acciones realizadas, pero se quedó en claro la asistencia gratuita y permanente para con ellas, las vulnerables, las violentadas, pero sobre todo de que son más de 70 asociaciones las que hoy se unen para buscar la paz, y acabar con la dolorosa muerte que invada cada municipio en Michoacán, «Un Michoacán que a decir de Talía, «está en un grito de dolor».
Al final un aplauso prolongado por todas la niñas y mujeres que ya no están «por ellas, la lucha que hoy comienza…»