“Sorda” espera navideña

Imagen: Héctor Tapia
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Morelia/Héctor Tapia

Solo, sentado frente a las instalaciones de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), Pedro Pérez Morales, espera a que por parte de personal del organismo le atiendan. Han pasado varias horas y aún no lo toman en cuenta.

Él presenta una discapacidad auditiva, es sordomudo. Para poder comunicarse uno con él, o entablar una conversación, tiene uno que escribir en un papel la pregunta y entonces comenzar con el diálogo.

Además de ser sordomudo, notoriamente tiene problemas para tomar la pluma y escribir, pero decidido comienza a responder, letra por letra, a cada una de las preguntas que se le hicieron.

En su libreta comienza a redactar, explica que el problema es que en el DIF (no dice si municipal o estatal, para él son lo mismo) lo traen de un lado para otro, día tras día, desde hace ya seis meses, sin resolverle si se le dará una beca económica o no. “Nomás me traen con mentiras”, dice.

Ahora le dijeron que tenía que regresar pasadas las vacaciones para ver si se le daría o no la mencionada beca.

Pasa la hoja para que se le formule otra pregunta, y una vez hecha recibe la libreta para continuar explicando su situación. Mientras lo hace muestra su Credencial Nacional Para Personas con Discapacidad, con Folio 18096, perteneciente al Sistema DIF. Dice: Discapacidad Auditiva.

Ese dinero, señala, que ha esperado recibir de la beca económica, era para pagar renta, un lugar donde vivir, más en ésta época de frío. Lleva seis meses durmiendo en la calle. Las cobijas que utiliza para taparse las tiene escondidas en un árbol.

Para tener dinero lo que hace es pedir limosna en las calles, entrega unos pequeños papelitos donde explica su situación, de ahí saca para comer, a veces.

Pedro tiene 36 años de edad, y es originario de Morelia, su problema auditivo lo tiene desde pequeño; no tiene familia sanguínea, cuando era pequeño lo abandonaron en la calle sus padres, y fue prácticamente adoptado por una señora que se hizo cargo de él.

La señora, a quien considera como su madre, enfermó y los familiares de ella se la llevaron. Desde entonces él vive en la calle, pidiendo dinero para poder comer.

Ha pedido trabajo, sabe hacer manualidades, o lo intenta, señala, pero su discapacidad ha sido la objeción para que le den algún trabajo. Mientras tanto, diciembre y el frío avanzan, busca dónde vivir, busca para comer. Pedro, espera una respuesta.

Imagen: Héctor Tapia