Morelia/Samuel Ponce Morales
Bajo la considera de no más desabasto de medicamentos en hospitales públicos, el que está en huelga de hambre en el «corazón» del centro histórico, no es un ciudadano cualquiera, menos un médico cualquiera y mucho menos un líder, pero si es un Premio Nacional al Mérito Humanitario 2012, al menos así presume, en Google no se ubica.
De mirada apacible, con los años cuesta arriba, el galeno que trabaja en un Centro de Salud y que sus espacios no laborales los dedica a realizar quehaceres altruistas, a su entender, sobre todo encauzados hacia los llamados adultos mayores, de repente determinó protestar por la escasez de medicamentos.
Y así, de esa manera, repentina, instaló su ayuno voluntario en un campamento situado en la Plaza de Armas, a un lado de la Catedral moreliana, ahí en donde todos los fines de año megáfono o micrófono en mano ayuda a recolectar cobijas para la gente de escasos recursos.
Sueña con que autoridades de alto nivel del sector salud le den una audiencia para comprometerlas con documento signado a que no haya más desabasto de medicamentos; si, si su demanda tiene respaldo, a cuentagotas pero finalmente respaldo. La gran mayoría de la gente que pasa por el campamento solo lo mira con curiosidad, nada más.
El huelguista tiene un lema: yo no bloqueo ni calles ni oficinas, yo desbloqueo mentes y corazones…