Morelia/Samuel Ponce Morales
Finalmente, en la costa nahual del territorio michoacano se reencontraron dos de los ex dirigentes más visibles de las entonces autodefensas de las regiones de Tierra Caliente y de la Costa-Sierra, en la lucha armada contra el crimen organizado, contra los integrantes de Los Caballeros Templarios.
Fue un encuentro esperado por ambas figuras, por José Manuel Mireles, por Cemeí Verdía Zepeda; cuentan que fue un encuentro emotivo, agradable y con una extensa charla que abordó desde anécdotas hasta como se mira el presente, no sin hacer un recuento de la situación sobre seguridad que se vive.
Los dos surgieron casi de la nada, de repente estaban ahí, gradualmente armados hasta los dientes, dirigiendo escaramuzas, las batallas, la guerra con Los templarios, primero solos, luego, acompañados por los militares, quienes siempre iban a la retaguardia, ya sea por estrategia o por miedo.
Poco a poco iban avanzando, recuperando territorios que estaban en poder del crimen organizado, replegando, arrinconando al enemigo, haciéndolo huir, provocando decenas de arrepentimientos y hasta permitiendo a veces viendo, a veces no viendo, su infiltración en sus filas.
Después, los federales que agudizaron el impulso de su lucha los fueron acotando -para evitar en lo posible la vergüenza de que eran mejores, las autodefensas, que su fuerza-, hasta traicionarlos, aprehenderlos con burdas acusaciones, tratando de humillarlos, de denigrarlos y que sucumbieran en su lucha.