Morelia/Héctor Tapia
16 días sin probar alimento. 16 días durmiendo en una casa de acampar a fuera de las instalaciones de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH). Sin embargo, este martes, desde temprano, en lo que sería el último día de su protesta, la médico forense, Graciela Delgado Luna, esperó la llegada de su expediente.
Rodeada de medios de comunicación, claramente agotada, débil, acompañada por su abogado, daban el primer informe preliminar sobre su caso que la mantenía sin ingerir alimentos.
La tensión crecía porque había hecho el anuncio de que de estar alterados los documentos que tenía que entregarle la CEDH, su expediente, o de no entregársele, estaría radicalizando su protesta al grado de zurcirse la boca.
El encuentro para la entrega del expediente estaba programado para las 9 de la mañana, expediente que sería llevado ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH); eran casi las 10:00 horas y ni un sólo representante de la comisión estatal se había acercado todavía.
La molestia de Graciela Delgado se reflejaba más en su rostro débil y cansado, por la huelga de hambre que mantenía hasta ese momento. La Comisión “no respeta los derechos humanos” que debe defender, dijo.
Las instalaciones de la CEDH estaban tapizadas, en su parte frontal, por pancartas que tenían el mensaje reiterado de la demandante: la renuncia o destitución de José María Cázares Solórzano del organismo defensor de los derechos humanos. La razón, explica, por solapar, ayudar, con un proceso omiso de seguimiento a su caso que interpuso desde el 2011, y que, por las mismas omisiones, le costaron el puesto en el que duró 27 años en la Procuraduría General de Justicia del Estado, como médico forense.
Afuera, en la cornisa del edificio, en lugar de leerse Comisión Estatal de los Derechos Humanos, luego de algunas alteraciones por la protesta se podía leer: “Omisión Estatal de los Decechos Humanos” (sic).
La médico forense tomaba líquidos mientras daba el plazo para que a medio día le dieran el expediente que venía exigiendo para levantar la huelga ahí, o recrudecerla.
Fue hasta pasado el medio día cuando varios representantes de la Comisión Estatal de Derechos Humanos se fueron acercando para ver si había alguna forma de evitar que la protesta se tornara más extrema.
Se acercaron a Graciela Delgado, mientras los medios de comunicación hacían un cinturón de cámaras y grabadoras entorno del diálogo sostenido para grabar los detalles, gestos, y pormenores del acercamiento.
Graciela Delgado, por un momento, molesta con el actuar de la comisión en su caso, la tardanza, discutió, alzó la voz, al representante de la CEDH que fue enviado para atenderla; a éste no le quedó más que estar en silencio recibiendo el reclamo hecho por la doctora.
Una vez recibido el expediente, no fue necesario se extremara la protesta. “No confío en la Comisión Estatal”, dijo, por eso pidió cotejar su expediente con el que le entregaron. Anuncia entonces que llevará el documento hasta el nacional y exigirá justicia, así como también remarcará la demanda de que sea destituido de su cargo el ombudsman michoacano. Anuncia también que ya podrá comer, reponerse, para seguir dando la batalla.