Morelia/Enrique Castro
La señorial ciudad amaneció con un año más, cumpleañera que tiene 476 años. Y, en el inicio de su festejo lucía nublada y tranquila, al menos en su icono más representativo, el centro histórico.
Desde el aire, la luz matutina del naciente sol llena de volumen su arquitectura; abajo, la calle principal luce libre de vehículos, ante el cierre por la realización de un magno concierto operístico.
En sus portales los negocios comienzan a colocar sillas para los «desmañanados» que toman café, una persona en situación de calle sigue en su «quinto» sueño mientras los empleados de una tienda de autoservicio revisan su celular.
Los boleros cargan sus carritos, en sus banquetas las sombras de los que corren y andan en bici se hacen largas en el suelo.
Una persona amputada y en muletas camino rumbo a su «trabajo» en el centro, este es pedir dinero, al parecer ya va tarde.
Los trabajadores de limpia ya con el sol más alto siguen en su labor en las cercanías del Jardín Morelos, el cual se llenó de personas para un evento cívico.
Así lució la cumpleañera por la mañana mientras se le acumulaba un años más de su fundación, de su creación…