Arantepacua. «Dónde quedó nuestra dignidad”

Foto: Enrique Castro
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Arantepacua/Héctor Tenorio

Al entrar a la comunidad de Arantepacua lo que más sorprende es que no hay gente cuidando su principal acceso.
Avanzamos y constatamos que todos los autobuses que estaban retenidos ya no se encuentran. Hay normalidad y se respira tranquilidad, a dos meses del enfrentamiento entre autoridades y habitantes que dejó un saldo de cuatro ejidatarios asesinados y un policía estatal que perdió la vida.

Llegamos a la plaza principal, hay una manta que recuerda lo sucedido el pasado 5 de abril: “Castigo a los autores intelectuales y materiales de masacre en Arantepacua”.

Entramos a la primaria donde se realiza el Foro nacional e internacional contra la represión y criminalización de las comunidades originarias y pueblos indígenas.

La discusión inició alrededor de las doce del día y se fue desarrollando de manera normal; tuvo una presencia de 50 líderes de las comunidades.

Llama la atención que cuando pasan al frente los ponentes acostumbran no dar su nombre, ya que esto forma parte de las medidas de seguridad.

Un comunero tomó el micrófono, consideró lamentable que la comunidad de Arantepacua siga atada a un sistema político que solo los margina.

Pero a pesar de eso, pidió a la gente que se organizara para evitar otro ataque por parte del gobierno estatal.

Otro comunero preguntó a los asistentes: ¿Dónde quedó el valor y la dignidad de nuestros antepasados?, “somos comunidades no pueblos».

Desde su punto de vista, es necesario hacer una reforma estructural para que cambien las cosas y se vuelvan a los gobiernos elegidos por los usos y costumbres. Hubo aplausos.

Tomó la palabra un maestro, quien consideró indispensable lograr una estructura autónoma para desarrollar la lengua, la tecnología… y señaló que es inaceptable que el castellano destruya la lengua purépecha.

Entonces, el maestro de ceremonias anunció que el borrador del Congreso estatal de comunidades originarias, a celebrarse el 8 y 9 de julio, sería leído.

Inmediatamente después de que terminó la lectura del documento, el ambiente se tensó, ya que en el texto se incluía la invitación a las autoridades municipales al Congreso. Se discutió y los presentes pidieron que se quitara ese punto.

Otro asunto que generó polémica fue la participación de las organizaciones civiles, ahí la mitad de los participantes estuvo en contra y la otra a favor de excluirlo. Al final optaron porque participen en el Congreso.

En lo que no tuvieron conflicto fue en el objetivo general y en el particular, al igual que en los temas a tratar en las ocho mesas de trabajo. Quedó pendiente aprobar los siete foros regionales a realizarse en junio.

A las cinco de la tarde se declaró un receso y se acordó seguir los trabajos en Caltzontzin, en una fecha próxima.

En la plaza de Arantepacua todavía se quedaron platicando los lugareños y sus caras lucían insatisfacción. Son conscientes que el movimiento que encabezan está pasando por un momento donde la gente, aunque siga indignada, se encuentra cansada.

Al salir de Arantepacua, las guardias comunitarias estaban en su lugar, al parecer solo se fueron a comer y después regresaron para resguardar a la comunidad, lucen unos cuernos de chivo listos para ser usados.