Chantaje policíaco

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Morelia/Samuel Ponce Morales

Con el acuerdo del pago de rezagos, los policías estatales dieron por concluido su paro que se dio en medio de atentados a edificios públicos y de amenazas de bomba, pero también dieron por terminada una serie de presuntas irregularidades al interior de su propia corporación.

Así, de la noche a la mañana, las docenas de paristas se dejaron de quejar que eran “enviados a la guerra (contra la delincuencia) sin fusil” y enlistaron una tras otro de los faltantes, desde uniformes hasta balas, pasando por armamento moderno.

Entrevistados por los diversos medios de comunicación en el auge de su movimiento, los policías paristas hablaban y hablaban de los problemas que tenían en su diario quehacer; “tengo una pistola calibre 38 súper, pero la base del cargador está soldada Además me dieron sólo siete cartuchos”, se quejó uno de ellos.

Uno más dijo que ante la falta de equipo compró 15 cartuchos por medio de un policía ministerial, cuyo costo global fue de 150 pesos, pero, añadió, la caja viene saliendo entre mil 200 y mil 500.

De acuerdo a su versión, un agente que lleva siete años en servicio activo estableció que si bien le dieron un fusil AR-15, este no tenía ni cargados y menos balas.

Y, después de un acuerdo entre los dirigentes de los paristas y de las autoridades correspondientes, lo cual dio paso a culminar el movimiento descrito, los policías inconformes volvieron a guardar silencio.