Morelia/Julieta Coria
Una mesa, dos gobernadores y un secretario de gobierno, sentados frente a un grupo de asistentes, apunto del sueño y el enfado, que reflejan sus rostros.
En un ambiente ya, donde el día esta apunto de cerrar en el foro internacional «Desarrollo y Gobernanza en Desarrollo Económico» hoy concluye.
Y, que mejor que cierren, ellos, los gobernadores de Michoacán y el Estado de México «los amigos vecinos», cono ellos se dicen, con cariño.
En la mesa, los gobernadores, sentados entre un ojo al celular y otro al ponente, el primero en hablar es el invitado mexiquense, Eruviel Ávila, del estado de México. Su intervención fue breve, su discurso habló sobre la Constitución, a la cual dijo desconocer si se requiere una nueva y redujo su discurso a decir que se requiere cumplir lo ya establecido.
Luego, con gran orgullo, por lo menos, en su sus palabras y no es su expresión, presumió como el Estado de México pasó del puesto 28 al número dos para la inversión económica.
En una muestra, claramente percibida por los asistentes como un “albur”, el mandatario mexiquense invitó a los presentes a visitar su territorio y a probar el chorizo toluqueño. Las risas no se hicieron esperar.
En seguida, tocó el turno al gobernador anfitrión Silvano Aureoles Conejo, lanzó una invitación al aire para que los posibles migrantes deportados serán bien recibidos en su regreso.
Durante al menos media hora el mandatario hablaba sobre la necesidad de una Nueva Costitución Política, que ofrezca más que la gobernanza, un acompañamiento a los ciudadanos, para que la gente empiece a creer en los políticos. Discretas risas.
Con su particular estilo coloquial, el mandatario michoacano aseguró que los connacionales serán bienvenidos de regreso y habrá las condiciones para su retorno pues “donde come uno, comen dos”, decía con cierta pesadez.
Minutos más tarde, Aureoles Conejo aseguró que para que el presidente Donald Trump deje de tener una mala idea de los mexicanos “debería probar el chorizo” mexiquense. De nuevo los aplausos y las risas.
El chorizo, el protagonista.