Colosio, visto de lado

Imgen: Alan Ortega
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Morelia/Alan Ortega

Los ánimos ya estaban encendidos, los normalistas realizaban una nueva visita a la sede estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en esta ocasión los estudiantes tomaban piedras y palos para ingresar de esta forma a estas instalaciones.

Los trabajadores que se encontraban dentro del lugar apuraban su salida, cargados con cpus y artículos valiosos que se encontraban dentro de las oficinas.

Los normalistas aguardaron a que todos los trabajadores salieran de las instalaciones, inclusive algunos de los encapuchados, se encontraban muy ansiosos por ingresar a las instalaciones, pero los líderes daban órdenes de esperar hasta que el lugar fuera desalojado por completo.

Mientras tanto en el exterior del edificio los manifestantes destruían cámaras de seguridad y continuaban juntando piedras y palos, amenazando con destruir las instalaciones.

El edificio ya se encontraba desalojado y era hora de que ingresaran lo encapuchados, algunos de los normalistas lanzaron gritos justo antes de entrar: “Educación primero, al hijo del obrero, educación después, al hijo del burgués”.

Los hombres normalistas, justo antes de aventar las primeras piedras a los vidrios de la fachada, dieron la orden a las mujeres que venían acompañando el contingente, de no entrar al lugar y esperar afuera del edificio.

Se reúnen alrededor de 20 hombres y con gran furia se lanzan las primeras piedras hacía los vidrios balizados con el logo publicitario del partido, algunos de los cristales tenían un gran grosor y los normalistas se acercaban a destrozar con palos las ventanas gruesas.

De manera caótica comienzan a ingresar a las instalaciones del partido, los estudiantes que se encontraban en el recibidor en la planta baja al ver caer los vidrios rotos, instintivamente se apartaron del lugar.

Ya en el interior, los normalistas rompieron puertas de vidrio y madera para no dejar una oficina sin destruir.

Los vidrios volaban en todo el interior del edificio, las computadoras eran destruidas con gran ira y el mobiliario de las oficinas quedo inservible.

Asimismo las macetas, sillas, así como papelería eran lanzadas desde las ventanas hacía el piso interior.

Al finalizar la visita en el edificio, fue tirado el busto que se encuentra en el recibidor del edificio, algunos normalistas lanzaban piedras desde las afueras para romper las ventanas que habían quedado intactas.