Morelia/Daniel Valladares
Un desolado lugar; escombro, basura y polvo recubren el piso casi en su totalidad, pinturas y calcomanías sobre las paredes; textos y leyendas…firmas, estilo grafitti, son lo primero que se observa dentro de la deteriorada antigua central camionera.
Al adentrarse en los oscuros pasillos de lo que cual por dos años refugio de un colectivo artístico, el panorama no cambia, al contrario, se colma de expresiones gráficas llenas de color, lo que produce un tremendo contraste, entre la destrucción y la inventiva; al menos el testimonio artístico está presente o estaba presente.
Entre ventanas, rotas; grietas en el techo, suelo y paredes; escaleras sin barandal, el lugar carece de todos los elementos para la seguridad de aquellos que se encuentren dentro del mismo, lo que hace pensar en la condiciones en las que los diversos colectivos artísticos, impartían talleres al público general.
Al culminar el recorrido, impulsado por las autoridades, horas después del desalojo policíaco, de inmediato comenzaron los trabajos de demolición en algunas secciones del edificio. Afuera estaban los desalojados, los del llamado Centro de Experimentación Plástica (CEPA).
Ya Yankel Alfredo Benítez Silva y Jesús Ávalos Plata, los funcionarios municipales que dirigieron el recorrido habían justificado el desalojo y hasta presumir que en el mismo se respetó la obra de los artistas, la cual se sitúa en resguardo.
“El proyecto de ciudad administrativa está en marcha “, dijo la segunda autoridad, el secretario del Ayuntamiento; habló de algunos detalles de lo que será la misma, incluido un centro comercial, y de que seis empresas luchan por la licitación de la obra, cinco michoacanas y una jalisciense.
Para la otra parte, para los desalojados, a través de Sandy, su vocera, reconocieron que ante el cierre de sus opciones para tener una sede, tuvieron que arribar a la vieja central, y señalaron que desde el primer momento intentaron acuerdos, pero “la autoridad no nos tomaba en cuenta”.
Recreó como lograron tener hasta 350 alumnos en los talleres y como atraían turismo, no solo de Michoacán, sino de otros estados. Al lado, los compañeros de Sandy, con la mirada triste y abnegada, contemplaban el cierre del que, luego de dos años, habían considerado su espacio, su refugio, y sin opciones a la vista…