Morelia/Samuel Ponce Morales
Después de 56 días de incomprensible toma de instalaciones y de la presencia e intromisión de muchos entes ajenos, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) parece tener a la vista una posibilidad de solución, que permita el regreso a clases de los 55 mil estudiantes que han comenzado a caer en la desesperación.
El tema político se ha mezclado peligrosamente en el problema nicolaita y ha sido propiciado por la intervención de organizaciones que pretenden a toda costa ingresos a la Facultad de Medicina.
Sin embargo, como se sabe, en un tema que desde hace 7 años ha quedado establecido que ocupa de un blindaje para evitar la sobresaturación de esa escuela y que corra el riesgo de que sus egresados no sean admitidos en los llamados campos clínicos para sus prácticas de internado y servicio social.
Lo que sí verdaderamente ocupa la máxima casa de estudios del territorio michoacano es una solución a la voz de ya para que sus puertas se reabren y se eviten problemas futuros que podrían traer un dolor de cabeza de mayores dimensiones, algunos irreversibles.
Todas las organizaciones y grupos sociales y políticos que han mostrado «interés» por participar en la problemática universitaria deberán mostrar su real interés pero por apoyar a la Casa de Hidalgo, pues no hay que olvidar que la institución enfrenta serios problemas económicos.