De nuevo, ante el casi mutis empresarial, la jerarquía católica sale a exhibir lo que gradualmente se va haciendo más evidente, el regreso de la aguda violencia en Michoacán. Un retorno al estado de hace apenas dos años y que incluía el recrudecimiento de enfrentamientos armados, entre los propios integrantes del crimen organizado y de estos con las fuerzas federales, así como las extorsiones, los secuestros, los asaltos y los robos, entre otros actos delictivos. Ese, el de la violencia, por el momento sitúa, en ese rubro, a la entidad como la séptimo en el país y se empieza a acercar a ocupar los primeros lugares. Y, no, no está funcionando del todo el comisionado militar para la seguridad en territorio michoacano, porque parece que está siendo permisible, parece que no tiene un área de inteligencia a la altura, parece que no tiene a quien aprehender ni que decomisar y parece que no extrañaría la reaparición de las autodefensas….