Nueva York, EE.UU. | Acueducto Noticias.– En una acción sin precedentes, el gobierno de Donald Trump ha iniciado una ola de detenciones dirigidas contra estudiantes extranjeros y críticos de su administración. El sábado pasado, agentes federales arrestaron a Mahmoud Khalil, inmigrante con residencia legal y exlíder de protestas en la Universidad de Columbia.
Su paradero fue desconocido por más de 48 horas hasta que fue localizado en un centro de detención a más de 1,500 kilómetros de Nueva York.
El presidente Trump confirmó la detención, asegurando que es “el primero de muchos” y advirtiendo que su gobierno tomará medidas drásticas contra quienes participen en protestas “ilegales”, especialmente aquellas contra el papel de EE.UU. en la guerra de Israel contra Gaza.
Trump ha calificado a los manifestantes como “agitadores pagados” y ha ordenado la cancelación de visas y deportaciones masivas.
Además de los estudiantes, el gobierno de Trump ha comenzado una purga dentro de su propia administración, cesando a fiscales, agentes del FBI y altos funcionarios que en el pasado participaron en investigaciones en su contra. Políticos opositores, académicos y periodistas también han denunciado hostigamiento y censura.
El endurecimiento de estas políticas ha generado preocupación en organizaciones de derechos civiles, que advierten sobre un resurgimiento del autoritarismo en EE.UU. La Unión de Libertades Civiles de Nueva York calificó la detención de Khalil como un “ataque extremo contra la libertad de expresión” y alertó sobre la persecución política en curso.
El gobierno de Trump sigue avanzando en medidas que buscan silenciar la disidencia. ¿EE.UU. se enfrenta a una nueva era de represión?
