Los susurros de Sierra Chincua

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Angangeo, Michoacán | Asaid Castro/ACG.- El sendero serpenteante hacia la cima del Cerro Prieto parece atrapado en un invierno perpetuo. En esta temporada, el Santuario de la Sierra Chincua, ubicado en Angangueo, Michoacán, se convierte en el refugio de miles de mariposas monarca que hibernan entre las ramas del bosque.

Cubierto por una espesa neblina y el aire frío que golpea con fuerza, y el suelo se ve alfombrado de hojas secas, guardando entre ellas vestigios de alas rotas, testimonio del ciclo de vida de estas viajeras incansables.

A lo lejos, el viento resuena entre los árboles, haciendo ondear racimos enteros de monarcas que se agrupan en los troncos para resguardarse. Sus colores vibrantes, ahora un poco opacos por la estación, contrastan con el gris verdoso del bosque, creando un espectáculo que corta la respiración.

Los visitantes caminan en silencio, como si el más mínimo ruido pudiera interrumpir este descanso centenario. Cada paso revela más detalles: algunas mariposas revolotean a baja altura, mientras otras permanecen inmóviles, acumulando fuerzas para la travesía que las llevará de regreso al norte en marzo.

Hasta el próximo marzo, santuarios como Sierra Chincua, El Rosario y Senguio permanecerán abiertos al público. La migración de la mariposa monarca es un recordatorio de la resistencia de la vida, pero también de su vulnerabilidad frente a la deforestación y los cambios climáticos que amenazan su hábitat.

Fotos Asaid Castro/ACG