Morelia, Mich. | Acueducto Noticias.– El Palacio de Gobierno parecía encontrarse de fiesta, su patio principal era adornado por una gran pantalla, las sillas tapizaban el espacio y al medio, una solitaria tribuna, baja del presidium y con solamente tres sillas reservadas para los representantes de los tres poderes en el estado.
Se hablaba entonces de lo que con bombo y platillo era un logro para no solamente el gobierno estatal, sino también el federal, Michoacán se convertía en pionera de la reforma judicial en el ámbito local.
“Promulgación y publicación de la reforma constitucional al Poder Judicial Local”, presentación de una invitación ambigua del día anterior, reservada a solamente avances en el llamado Plan Morelos.
Llegaban distintas personalidades de la política, diputados, diputadas, alcaldes. La prensa comenzaba a entrevistar a algunos cuantos, a respuesta colectiva o personal, contestaban los cuestionamientos a lo lejos.
Pasaban entonces los minutos, y en el desorden del pequeño patio para el volumen de personas presentes se abría como el Mar Rojo para la llegada del quien meses atrás, presentaba a lo grande el Plan Morelos, Alfredo Ramírez Bedolla, quien se colgaba como medalla este momento, quien a su llegada, recibió aplausos de pie de los presentes.
Iniciaba entonces a tomar la palabra el secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña: “Nuestro estado camina a la vanguardia nacional convirtiendose en el primero de toda la República en publicar una reforma constitucional en el ambito local. Esta refroma cristaliza un paso mas en esta ruta que el Plan Morelos ha impulsado nuestro gobernador Alfredo Ramirez Bedolla y que a un año y tres meses de se representada en el estadio Morelos”, expresaba, destacando haber tenido dialogo permanente con el poder judicial, y recordando, de manera quizás anti climática, que Michoacan es tiempo de mujeres.
Era entonces que el magistrado presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Michoacán, Jorge Reséndiz García pasaba a tribuna, con declaraciones directas, no agresivas, tampoco pasivas pidiendo ser escuchado, como el Poder Judicial, con el temor de que muchos buenos perfiles vean opacado su trabajo y carrera en las urnas; pero también por un retiro digno de quienes sirvieron en la justicia del país.
“Ellos no se van por ser ineptos, no se van por ser corruptos, ellos se van porque no tenemos el perfil para ganar una magistratura, a través del voto directo”.
Seguía entonces el exmagistrado, hoy diputado, Juan Antonio Magaña de la Mora, presidente de la Mesa Ejecutiva del Congreso, quien respaldaba la llegada de la reforma a Michoacán.
Finalmente, quien signaría el papel para su promulgación, Alfredo Ramírez Bedolla, tomaba la palabra. Recordaba que incluso llegó a pertenecer al Poder Judicial, como quien cargaba las copias, refería a modo nostálgico, pero lo que hoy lo llama, es el buscar la democratización del único poder que hasta el momento no había sido a ese modo.
Pero no terminaba ahí la modificación al Poder Judicial: “Ahora debemos trabajar en las leyes secundarias y no nos vamos a tardar lo que marca el decreto, yo creo que eso lo tenemos antes. Se respetará la carrera judicial hasta el nivel de secretario de acuerdos”.
Terminaba entonces diciendo: “Se luchó y se consiguió”.
En ese momento signaba el gobernador la reforma para su promulgación en un escenario donde todos lo aplaudían.
Sin mucho más concluía de manera breve, pero con un gran impacto para el futuro, otra reforma más, “palomeada”, de lo que es el Plan Morelos.