Acueducto | Samuel Ponce
Si, era demasiado esperar. El de Alfredo Ramírez Bedolla no fue un informe de Gobierno diferente a los de antes, a los del pasado, a los de los priístas, diría normal, sin cambios a la vista, si acaso que protocolariamente fuera en una sede informal, futbolística, al del Congreso del Estado de Michoacán, lo cual no es histórico es un golpe a lo republicano.
Un estadio Morelos, asentado en las orillas de la capital michoacana, lleno, aunque los detractores radicales exageren con los nimios espacios en determinados sitios de las gradas y no contabilicen los ocupados en la cancha y uno en el exterior del inmueble que alguna vez albergara el gran festejo de la afición local cuando el Monarca fue campeón.
La entrada del gobernador de Michoacán al Morelos no fue triunfal como se esperaba ni tan opaca como no se esperaba, fue simple y sencillamente menos que modesta. Ahí ya lo esperaban los 40 diputados locales, de la reciente 76 legislatura local -con una impresionante mayoría morenista-, que accedieron a sesión plenariamente en un lugar de la patada.
Alrededor del mandatario era evidente una serie de souvenirs, sobre todo mochilas, con su inexorable imagen sonriente, al igual que un ejército de sombrillas blancas, solo que se distinguían por un extraño y forzado dibujo de un teleférico, una perversa idea para socializar lo padrísimo que sería, que es contar, con ese medio de transporte en la ciudad de Morelia.
De hecho, miles de sombrillas, por no decir decenas de cientos, se convirtieron en una mayoría silenciosa, que se abrían y cerraban al ritmo del intenso sol y de las ocasionales nubes que lo impedían. Y es que más que un informe de puertas abiertas, como se pretendió comercializar, fue un informe a cielo abierto, hasta el gobernante llegó a bromear del sofocante calor.
En ese ambiente caluroso, trató de dar pormenores de su tercer año de gestión, aunque, en momentos, parecía dar el de un trienio. Si, llegó a culpar a los gobiernos estatales anteriores de la maltrecha herencia que le dejaron, solo que no personalizó, de hacerlo habría tenido que involucrar a dos de sus compañeros morenistas, de Lázaro Cárdenas Batel y de Leonel Godoy Rangel.
Intercaló sus logros como gobernante con despertares de proselitismo, como si estuviera aun en campaña político electoral, tampoco pudo, seguramente no quiso, evitar hablar con un tono de inusual agradecimiento del respaldo otorgado a su administración por el presidente Andrés Manuel López Obrador y por el que se espera de la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo.
Habló y habló por igual de logros como si fueran totalmente suyos y no lo son, como los casos de dos de los Campus de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), los de las regiones de Uruapan y de Zamora, iniciados de manera torpe y con fines de recuerdo a su memoria por el hoy nuevamente diputado federal, Leonel Godoy Rangel.
Y, sin embargo, diría el cantautor que inició su gira del adiós, Joaquín Sabina, no hubo un dejo de autocrítica, no mencionó compromisos y promesas incumplidas del presidente y de él, que hizo suyas, como la federalización de la nómina magisterial y de la construcción en grande de la sede del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la ex penitenciaria de Morelia.
Tampoco se refirió, acerca de las presuntas irregularidades que le atribuyó al inició de su administración estatal a su antecesor, Silvano Aureoles Conejo, en especial en cuando menos 5 cuarteles de la Policía Michoacán, en donde, según él, “se contrataron obras a sobreprecio simulando contratos de arrendamiento cuando no existían los inmuebles…”.
Pero, bueno, en contraparte, su equipo de comunicación desplegó una síntesis de su informe: “ante más de 40 mil personas que se dieron cita en el Estadio Morelos, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla presentó su Tercer Informe de Gobierno al Congreso del Estado, donde destacó que hoy, Michoacán es mejor en seguridad, gobernabilidad, salud, educación, infraestructura y medio ambiente.
Si, falta realizar un minucioso análisis de los datos y las cifras dadas a conocer, compararlas con los gobiernos estatales anteriores, detectando que no se haga suyo lo que no es complementa de él, no solo el caso de los Campus nicolaitas, sino el de los autogobiernos indígenas, en donde es un fuerte aliado, pero que con él o sin él iban a transitar por la inercia de la lucha misma.
CANTERA
En el Congreso del Estado de Michoacán, queriendo los actuales diputados locales podrá superar a gran parte de sus antecesores, esperemos que no sea en la ambición desmedida.
CANTERITA
Toc, toc… Ingenuo creer que los regidores morelianos de la alanza Morena-PVEM y PT sea unos convencidos de la llamada cuarta transformaación.
GOTEO
Y, ahora, a esperar los esperados y necesarios cambios en el gabinete bedollista, a ver si no nos cansamos…