Corrupción afecta todos los aspectos de la democracia

Con más mecanismos de acceso a la información, dijo, la ciudadanía puede ejercer sus derechos, controlar al Estado, impulsar leyes de ética, promover la transparencia, evitar la opacidad de los ordenamientos legales, imponer sanciones, mejorar la cooperación nacional e internacional, pero también realizar acciones desde lo individual para combatirla.

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Todos los aspectos de la democracia: gobierno representativo, derechos fundamentales, control del gobierno, administración imparcial y participación ciudadana, se ven afectados cuando impera la corrupción, aseguró la Especialista Internacional en Transparencia y Combate a la Corrupción, Delia Ferreira Rubio.

Al impartir la conferencia magistral “El impacto de la corrupción en la democracia” en el Auditorio del Instituto Nacional Electoral (INE) en donde estuvo acompañada de las consejeras Rita Bell López Vences y Norma De la Cruz Magaña, sostuvo que “las víctimas de la corrupción y las víctimas de una mala democracia somos todos, así que todos tenemos algo que hacer, hay mucho para trabajar, pero creo que con el compromiso de todos, podemos empezar a cambiar la situación”.

La Doctora en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid y Abogada por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, señaló que la corrupción es un problema global y afecta la calidad de la democracia.

Ante estudiantes de la Universidad Intercontinental y de la Universidad Motolinía del Pedregal y en presencia de la Titular de la Dirección Ejecutiva de Capacitación Electoral y Educación Cívica del INE, María Elena Cornejo Esparza, mostró cómo hay una correlación entre falta de transparencia gubernamental, concentración del poder, arbitrariedad y corrupción.

Ferreira Rubio afirmó que a mayor corrupción menor democracia, “cuando la democracia está débil, cuando hay falta de confianza en las instituciones, esa debilidad de la democracia es el caldo de cultivo perfecto para que haya más corrupción”.

Sin embargo, también dio cuenta de la fórmula contra la corrupción, de “las cuatro i”. Es decir “más información, más integridad, menos impunidad y menos indiferencia”.

Con más mecanismos de acceso a la información, dijo, la ciudadanía puede ejercer sus derechos, controlar al Estado, impulsar leyes de ética, promover la transparencia, evitar la opacidad de los ordenamientos legales, imponer sanciones, mejorar la cooperación nacional e internacional, pero también realizar acciones desde lo individual para combatirla.

Un problema global

“La corrupción es un problema global, es a partir de las estructuras políticas, económicas, sociales y culturales, que tenemos un campo más fértil o menos fértil para la corrupción”, señaló la Consejera Norma De la Cruz.

Al comentar la conferencia, subrayó la necesidad de los controles internacionales, “porque hay un sistema internacional que permite que eso se siga extendiendo”.

Coincidió con la Doctora Ferreira en que la información, la integridad, combate a la impunidad y menos indiferencia dan luz de cómo combatir la corrupción “no va a ser simple, no depende de un solo Estado”, consideró.

La Consejera añadió que la situación puede empezar a cambiar si se asume una responsabilidad en dos sentidos: en lo individual, poder tener acciones en lo colectivo y, sobre todo, en promover la cultura de la denuncia.

“Si conscientemente decidimos no actuar, entonces los valores se van a ir desgastando y entonces ni la honestidad, ni la transparencia, ni la información, ni la colectividad va a tener tanto peso”, manifestó.

Acciones individuales y en conjunto

Para la Consejera López Vences la lección que deja la Conferencia de la Doctora Ferreira Rubio, es llevar a cabo ejercicios de conciencia y de acción.

“Iniciar por uno mismo y luego ir buscando a quienes están en la misma sintonía para ir implementando acciones en conjunto, tejiendo redes para ir cambiando esto que nos hace daño y no queremos muchas veces reconocerlo y se hacen justificaciones, y es como una forma de vida que es posible mantenerla en un país democrático”, apuntó.