Morelia, Mich. | Acueducto Noticias/Irene Valdivia.- Este 1 de septiembre, con motivo del cambio de gobierno a nivel federal, en diversos estados del país se llevaron a cabo diferentes acciones a favor de la propuesta de reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas, actualmente congelada en el congreso federal.
En el caso de Morelia, se tenía prevista una marcha que daría inicio a las 10 de la mañana en el jardín Villalongín.
Sin embargo, debido a una baja convocatoria, la marcha fue suspendida y se trasladó el movimiento directamente a un meeting en la plaza Melchor Ocampo.
Convocado por Frente Nacional por las 40 horas, esta manifestación convocaba a trabajadores aprovechando la afluencia de los ciclistas en la pista dominical de la Avenida Madero, a quienes invitaban a informarse acerca de la propuesta a la diputada federal Susana Prieto en lo referente a la reducción de la jornada laboral, la cual, según señalan, no ha sido reducida desde su instauración en la constitución de 1917.
Además de impulsar dicha reforma, se llevaron a cabo también acciones a favor de los derechos laborales y en contra de condiciones de explotación como el outsourcing, el acoso laboral y la violencia de género, a través de un tendedero anónimo de denuncias, en la cual los transeúntes podían colocar sus experiencias con diferentes rubros laborales.
A decir de Sebastián, uno de los convocantes de esta manifestación, sería el sector restaurantero en el que más han detectado casos de violencia laboral desde la ausencia de un salario digno que es suplido a través de las propinas, así como una jornada laboral extendida.
Cabe mencionar que algunos de los establecimientos señalados por diferentes manifestantes fueron Origo, Café Michelena, Cinépolis, y hasta tiendas de ropa informales.
Trabajadores no asalariados. El gran pendiente.
Efraín Ramírez, boleador de zapatos en el centro histórico, se encontraba laborando a espaldas de la manifestación mientras esta transcurría.
En entrevista para este medio, reconoce estar enterado de la propuesta de ley que compartían los manifestantes, pero reflexiona sentirse ajeno al movimiento al dedicarse a un trabajo que él denomina como independiente, y afirma que esto beneficia únicamente a «la clase proletaria», a quienes identifica como quienes laboran jornadas de 8 horas al menos.
Aunque celebra la posibilidad de controlar el tiempo que invierte en su oficio, también lamenta las carencias que implica el autoempleo, como lo es la falta de acceso a seguro social, créditos y otros derechos laborales, Por lo cual considera que esta necesidad es también deberían incluirse en una propuesta como la que reunía la manifestación.
Si bien él no sería directamente beneficiado por la reducción de la jornada laboral a 40 horas, considera que si sus familiares asalariados fueran beneficiados por esta, le impactaría de forma positiva, pues habría más tiempo para actividades personales, esparcimiento, y sobre todo, para dedicar a la familia.