Morelia, Mich. | Asaid Castro/ACG.-Apenas pasa del mediodía. Por la temporada de lluvias, las calles se prestan bien para caminar sin que queme el sol. En la zona sur de Morelia, se encuentran colinas como la de Vista Bella, donde se revelan paredes marcadas por pandillas, la expresión urbana y el paso del tiempo. Las calles de las colonias Lomas de Vista Bella, Rector Díaz Rubio, Colinas del Sur y Praderas del Sur están impregnadas de grafitis que se han convertido ya en parte del paisaje urbano.
En la intersección de la avenida La Joya y la avenida Margarita Maza de Juárez, los edificios de departamentos de Lomas de Vista Bella lucen aún una pintura en tonos rosa, azul, amarillo y verde, en buen estado pero impregnada de más de una docena de grafitis. «Dadek», «ADK», «HSIP 93», «HEMER» son algunos de los que se alcanzan a comprender en su escritura, aunque «FROS» es uno de los que más destaca por su repetición en muros y fachadas, un eco constante en las calles que nos lleva por la avenida La Joya hasta Praderas del Sur.
Los niños recorren las calles con naturalidad, en grupos o solos, y los comercios, desde tiendas hasta peluquerías, mantienen una atmósfera tranquila durante el día. En Colinas del Sur, la vida cotidiana sigue su curso entre los negocios locales. Luis, un joven barbero, comparte que ha tenido su barbería durante poco más de un año. «Antes no se notaba porque la fachada estaba llena de grafitis, estaba feo. Ahora está pintada, y espero que permanezca así, porque las pintas no ayudan al negocio», comenta.
Equipados en nuestro recorrido solo con la cámara del celular, para mantener la discreción, logramos contar solo con la vista más de 500 grafitis en las cuatro colonias del recorrido. Las letras «DHS», según los vecinos, pertenecen a una pandilla que ha dejado su marca en la zona durante los últimos 15 años.
Erick, un joven de 27 años, recuerda cómo los «DHS» dominaban las paredes de su secundaria: «Desde que estaba en la secundaria se sabía de los ‘DHS’, porque tenían grafiteada la parte lateral de la secundaria 120. Además, había morrillos que decían ser parte de ellos. Desde las escaleras que están entre el Templo San Judas y la secu, se tiraban piedras de orilla a orilla con otra bandilla, aunque estuviéramos saliendo de la secu».
A lo largo del recorrido, los grafitis muestran su desgaste por el clima y el tiempo. Las firmas y símbolos se han convertido en testigos mudos de una historia que sigue escribiéndose en las calles de Morelia. En Praderas del Sur, ni los tanques elevados de agua escapan a esta invasión.
Ciertamente, en Colinas del Sur, al lado del templo, se encuentra una estación de Policía Morelia. Sin embargo, las patrullas en las calles son escasas, según comentan los vecinos, especialmente al caer la noche. Mientras tanto, los grafitis siguen siendo testigos de la vida en estas colonias, donde cada trazo de pintura cuenta una historia, incluso siendo parte de la identidad del sur de Morelia.
