Morelia, Mich. | Redacción.- Tras haber dado un paso al costado en su candidatura presidencial, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden ha declarado a Kamala Harris como su sucesora para enfrentar a Donald Trump en las próximas elecciones. Esta decisión fue comunicada previamente a Bill Clinton y Barack Obama, quienes han respondido de maneras distintas a este movimiento político crucial.
Mientras Bill Clinton y Hillary Clinton se mostraron inmediatamente en apoyo a Harris, Barack Obama adoptó una postura más reservada. «Ahora es el momento de apoyar a Kamala Harris y luchar con todo lo que tenemos para elegirla», publicaron los Clinton en la red social X. En contraste, Obama expresó: «Tengo una extraordinaria confianza en que los líderes de nuestro partido podrán crear un proceso del que surja un candidato destacado», sin mencionar a Harris directamente.
La interna dentro del Partido Demócrata se manifiesta con claridad en estas respuestas divergentes. Aunque Biden y los Clinton respaldan abiertamente a Harris, su camino hacia la nominación no está asegurado. Harris ha conseguido el apoyo de los delegados de California y del Caucus Afroamericano del Congreso, pero aún enfrenta desafíos significativos.
La facción de izquierda del partido, conocida por apoyar a Bernie Sanders en elecciones pasadas, podría nuevamente presentar su propio candidato, complicando aún más el panorama para Harris. Al mismo tiempo, el bloque centrista liderado por Obama, que tiene una influencia considerable en estados clave como Kentucky, Pennsylvania, y Michigan, no ha mostrado un apoyo claro hacia Harris.
Harris también enfrenta dificultades para ganarse la empatía de la clase trabajadora independiente en los estados industriales, el electorado hispano que cuestiona la situación económica, y parte de la comunidad afroamericana. En una reciente declaración, Harris reconoció estos desafíos, afirmando su intención de ganar la nominación y unir al Partido Demócrata para derrotar a Donald Trump.
En la Convención Demócrata que se llevará a cabo el 19 de agosto en Chicago, Harris podría enfrentarse a competidores fuertes como el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, y la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. La batalla interna del partido promete ser intensa, mientras Trump sigue su campaña a la espera de su adversario demócrata.
El escenario político se mantiene incierto, con la Convención acercándose y las alianzas dentro del Partido Demócrata aún en juego. Harris, con el respaldo de Biden y los Clinton, deberá navegar un terreno complejo para asegurar su lugar como la candidata oficial del partido.