Morelia, Mich. | Acueducto Noticias / Irene Valdivia.- La colonia Prados Verdes, localizada al norte de Morelia, en los límites interiores del libramiento, tiene una larga historia de afectaciones por inundaciones.
Lo anterior debido a su ubicación en relación a otras colonias circundantes, como Santiaguito. Se trata de una colonia establecida sobre territorio pantanoso con alta predisposición al almacenamiento de agua.
Vecinos refieren vivir al menos dos veces al año un evento parecido al de este miércoles pasado, en que nuevamente las calles se inundaron, y provocaron una seria de afectaciones.
En Acueducto nos dimos a la tarea de conversar con diferentes vecinos sobre los daños causados, derivados de las recientes fuertes lluvias en la capital michoacana.
“Hemos tirado muchas cosas”
Juan Villalobos, empleado en un negocio de mantenimiento a diferentes materiales, como colchones, dice que tuvo pérdidas severas, a causa del alcance del agua.
En el momento de abordarlo se encontraba sacando de su establecimiento el material perdido, con la esperanza de contar aún con bienes que les permitan continuar con sus labores.
“Aquí trabajan como 5 personas que dependen su familia de ellos, entonces es lamentable este tiradero, porque es quitarle el trabajo a varias personas. Hemos tirado muchas cosas hoy, pero aún no tenemos un estimado de las pérdidas.”, lamenta el hombre.
Refiere, además, que las inundaciones no se deben únicamente a una falta de mantenimiento al alcantarillado, sino a un mal diseño de su sistema.
Según explica, el drenaje tiene una inclinación que no va hacia el río, sino desde el afluente hacia el interior de la colonia, que se encuentra a un nivel más bajo. Por lo tanto, esto facilita una inundación.
Y es que el hombre habla con conocimiento de causa, pues explica que el mantenimiento al alcantarillado es un trabajo que realizan en conjunto con vecinos, quienes se dan a la tarea de lavarlas y extraer la basura que pueda bloquearlas cuando las autoridades no se hacen presentes.
“Se nos va toda la vida”
Lucía es otra de las vecinas afectadas por las inundaciones que continuamente azotan a esta colonia.
“A mi tiendita, se me metió el agua. Me fregó mis puertas. Varias cosas se me echaron a perder, el costal de las croquetas. Es que muchas cosas no pudimos levantar, se vino, y eso que moví lo que más pude. Mi refri se cayó, el otro también se me mojó. Cada que llueve y últimamente estamos peor, así nos va toda la vida”.
Incluso, Lucía refiere que se les ha negado el apoyo en su calle, pues a criterio de autoridades, no hubo tantas afectaciones.
En las inmediaciones de su negocio hay un local vacío, el cual sufrió también afectaciones que facilitan la entrada a este, pues las cortinas metálicas cayeron, lo cual representa un problema de seguridad que se conjuga con la delincuencia existente.
“Hay una casa (vacía) de rateros, que a las 3:00 de la mañana, o 4:00, ya andan con varias cosas asaltando a la gente. A mi yerno le salieron con un picahielos, y luego con esa puerta así, ahora peor”, sostiene.
María, la precavida
María Ramona también tiene una tienda de abarrotes. En su caso, tuvo pocas afectaciones en esta ocasión, aunque anteriormente fue muy afectada.
Dijo que hace dos años los daños fueron mayores que incluso ocasionó una visita del presidente municipal, Alfonso Martínez, para resarcir la situación.
Pero no fue la suerte lo que impidió que el agua entrara al establecimiento de María Ramona, sino la prevención que ella tuvo originada a sus anteriores afectaciones.
Lo anterior motivó a su familia a invertir grandes cantidades de dinero en la instalación de una válvula check para impedir el flujo de agua hacia dentro de su vivienda.
Además, continúa, se vieron obligados a levantar una barda pequeña para proteger su negocio específicamente del nivel del agua que suele ser alcanzado dos veces al año.
Su familia identifica que los problemas se agravaron cuando hace 3 años se realizó un reencarpetamiento de la calle, pero no se reemplazaron los drenajes ni se les dio mantenimiento. Y es desde ahí que ellos afirman sufrir más inundaciones.
“El riesgo de estar aquí”
Finalmente, Ricardo González tiene un establecimiento dedicado a las artes gráficas, el cual también tuvo pérdidas.
Comenta que el agua de las lluvias “dañó las máquinas, ahorita están sopleteándolas, provocando una pérdida de 20 mil pesos en el equipo, papel y trabajos terminados; un día no se laboró, porque la gente no pudo llegar a trabajar”.
Desde ayer, añadió, día en que entraba el turno a las 3 de la tarde ya no pudieron salir o pudieron entrar, ya no se pudo hacer cambio de turno, no se pudo entregar la producción a tiempo”, lamentó.
Ricardo tiene una perspectiva integral sobre la corresponsabilidad entre la ciudadanía y el Gobierno ante una situación como esta.
“Yo estoy consciente que nosotros estamos en una zona de alto riesgo, y asumo esa responsabilidad. No culpo al Gobierno de no responder como se quisiera, porque a lo mejor no está dentro de su presupuesto, pero también parte como ciudadanos responsables nosotros asumimos ese riesgo de estar aquí”.
A mí la gente, enfatiza, me pregunta ‘¿Por qué no te vas a otro lado?’, porque voy a pagar una renta muy elevada. Entonces asumo esa responsabilidad, y trato de poner lo que está en mi parte.
“El Gobierno creo que ha hecho algo, pero creo que podría ser un poquito más. Creo que podría consensar con ingenieros de la forma de reparar esto, para que suceda lo menos posible”, señala.