El gobernador Alfredo Ramírez no tiene palabra | Carlos Monge

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LIBRE EXPRESIÓN… | Columna

“Las palabras son como monedas, que una vale por muchas como muchas no valen por una”. Francisco de Quevedo (1580 – 1645) Escritor y político español.

En las últimas semanas el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla evidenció que no tiene palabra, que gobierna sin estrategia, por ocurrencias.

No es la primera vez que contradice su discurso y sus presuntos valores, pero los conflictos que se han presentado en el pasado reciente y que él agudizó, terminaron por exhibirlo plenamente.

Primero, menospreció la manifestación de elementos de la Guardia Civil estatal, aseguró que no eran más de 50 los inconformes y luego, ufano aseguró en su rueda de prensa del lunes 17 de junio, que no estaba en la negociación quitar a José Alfredo Ortega Reyes de la Secretaría de Seguridad Pública.

Le demostraron que eran más de 50 y lo hicieron que se tragara sus palabras y finalmente cumplió la petición de los manifestantes y quitó a Ortega Reyes.

En la referida rueda de prensa y a pregunta expresa, aseguró que Carlos Torres Piña no regresaría a la Secretaría de Gobierno y que no quitaría a Elías Ibarra Torres.

Finalmente pasaron ambas cosas, quitó a Elías y regresó a Carlos, su gallo para sucederlo en la gubernatura en 2027 y que viene de perder la elección interna de Morena por la candidatura al Senado y la contienda por la presidencia municipal de Morelia.

Ramírez Bedolla no tiene palabra. Semanas atrás aseguró que el Sindicato de Trabajadores al Servicio del Poder Ejecutivo (STASPE) tenía secuestrados viveros, y que pusieron en riesgo la campaña de reforestación.

Mintió, bastó un recorrido por algunos viveros para observar que estaban funcionando, que no había toma o secuestro. Lo que sí sucede, es que algunos carecen de energía eléctrica, otros de agua y algunos más no tienen planta. Es decir, el que los tiene secuestrados es su gobierno.

La batalla que lo llevó a mentir sin escrúpulos radica en la exigencia del STASPE por quitar de la dirección de la Comisión Forestal (COFOM) a Rosendo Caro. Alfredo Ramírez les respondió que no lo va a quitar.

Resulta que, Antonio Ferreyra, actual dirigente del STASPE, aseguró este martes 25 de junio, que, tras diálogo con Carlos Torres Piña, les informó que Rosendo Caro sí se va de la COFOM el primero de julio. Así de devaluada la palabra de Ramírez Bedolla.

Vale tener en cuenta que Torres Piña ha realizado tareas de secretario de Gobierno desde el conflicto con la Guardia Civil, sin tener el nombramiento. Y luego, tras el anuncio de Alfredo Ramírez, sigue operando, como lo hizo con el STASPE, pero no ha entrado en funciones, Elías Ibarra aclaró que mantiene la responsabilidad jurídica y que Torres Piña asumirá el primero de julio.

Ramírez Bedolla no tiene palabra. Miente sin pudor, compromete sin cumplir, habla sin tener elementos, hace cambios sin mayor precisión.

Lo grave, es que, si así está en lo evidente, resulta muy preocupante cómo estará el resto de su administración, especialmente cuando no tiene oposición en el Congreso local.

Por eso “operó” ante diputados locales para que su compadre Marco Antonio Bravo Pantoja fuera designado el auditor Superior de Michoacán, necesita a alguien de toda su confianza que pueda “tapar” errores y corruptelas.

No le importó arrastrar su palabra y presuntos valores con los que criticó a Silvano Aureoles Conejo por “operar” para poner a un empleado, Miguel Ángel Aguirre Abellaneda, como auditor Superior, ahora él insiste en mantener a su compadre.

Conste, todavía no llega a la mitad de su administración y el escenario pinta color hormiga. En Michoacán los segundos periodos de los gobiernos han resultado desastrosos, el de Ramírez Bedolla pinta peor.

Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.