Morelia, Mich.| Acueducto Noticias/Zayda Solís.-“La filosofía está viva y nosotros podemos transmitir ese fuego, considera durante una entrevista la filósofa Adriana Sáenz Valadez.
“Tendríamos que hablar de filosofía a las personas de otra manera, hacerles ver que existe otra forma de entender la realidad”, refiere.
Y es que, añade, la hemos acartonado y el sistema educativo en general se ha vuelto de memoria, enfatiza la profesora investigadora nicolaita.
La integrante de la Facultad de Filosofía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) dijo que hoy se enseña es la docilidad, la obediencia y la memoria. “Enseñamos: Siéntate y cállate. Es un sistema educativo de la docilidad”, enfatiza la especialista en filosofía feminista y teoría literaria.
¿Quién es?
Adriana Sáenz centra sus investigaciones en la escritura hecha por mujeres mexicanas y, en los últimos años, en la literatura de las radicadas en Michoacán.
Originaria de la Ciudad de México, lleva 17 años viviendo en Morelia, donde ha desarrollado un interés académico por la relación entre el ser y la escritura.
Ella mantiene una formación en Comunicación (licenciatura), Humanidades con especialidad en Literatura y Filosofía (maestría), y Filosofía (doctorado).
La docente e investigadora universitaria ha explorado la teoría literaria feminista y la teoría del patriarcado, acuñando el término «racionalidad patriarcal».
De la filosofía feminista
Sáenz Valadez enfatiza que la filosofía es fundamental para analizar y cuestionar aspectos cruciales de la vida, como la política, el género y las construcciones sociales.
Aboga por un enfoque educativo que promueva la curiosidad y la crítica en lugar de la docilidad y la memoria, argumentando que la filosofía debe ser enseñada de manera que refleje su relevancia y vitalidad.
Sobre la percepción general de dedicarse a la filosofía, resalta: “La verdad es que cuando uno trabaja filosofía escucha muchas cosas, y cuando uno trabaja filosofía feminista, aún más”.
Pero, agrega, creo que, en vez de frustrarse y desanimarse, es mejor analizar por qué están las cosas así y trabajar en quitarlas”.
En su trayectoria, ha vinculado la filosofía con la teoría literaria y ha desarrollado conceptos como la «racionalidad patriarcal» para analizar el patriarcado.
Actualmente, se interesa en cómo el feminismo influye en la literatura, reivindicando temas tradicionalmente denostados como la maternidad y la menstruación.
El corpus teórico filosófico me sirve para analizar la teoría y, en específico, estoy interesada en la influencia del feminismo en la literatura, señala.
Porque, continúa la filósofa, me parece que es uno de los espacios donde el feminismo ha tenido más recepción, en los productos culturales.
“Ahora, hay cantantes y escritoras contemporáneas que abiertamente manifiestan su postura feminista. Jóvenes que están cuestionando, por ejemplo, las diferentes formas de la maternidad”.
Un nuevo enfoque en la Samuel Ramos
Para ella, todo eso que la teoría literaria había denostado: los temas de mujeres, la menstruación, la maternidad, el cuerpo, el parto, la frustración, empiezan a reivindicarse.
Sáenz Valadez señala que la Facultad de Filosofía «Samuel Ramos», donde trabaja desde hace 15 años, tiene un enfoque distintivo en estudios feministas y filosóficos.
A pesar de ser una facultad pequeña, destaca la relevancia de su labor y la necesidad de mantener viva la filosofía en la academia y en lo cotidiano.
Dice que en la Faculta se trabajan temas de feminismo. Muchas otras facultades de filosofía no trabajan a mujeres filósofas.
A diferencia, puntualiza aquí hay materias de mujeres filósofas, de feminismo, teoría de género, feminismo y literatura.
También en la currícula hay mujeres filósofas, “es un rasgo distintivo de esta facultad que se tiene que conocer”, expresa convencida de su planteamiento.
No a una Universidad sin Filosofía
Aunque hoy en día dedicarse a las humanidades y específicamente a la filosofía no se encuentra entre las carreras más demandadas.
Sin embargo, la académica investigadora considera que la filosofía está más viva que nunca:
“No concibo la universidad sin una Facultad de filosofía. Yo creo que es un rasgo distintivo. Esta campaña, la directora la denominó ‘Vivir del pensar todavía es posible’, y me parece que es cierto”.
Al respecto, compartió una anécdota que vivió tiempo atrás: Hace muchos años me invitaron a ser sinodal en una Facultad, en un examen, y fui.
Como nos dan una remuneración, fui a cobrar el cheque y me preguntan: –‘¿Usted qué estudió?’ Bueno, —yo estudié un doctorado en humanidades respondí.
–Y eso, ¿qué es?
–Un doctorado en filosofía.
Me respondió: –‘Eso sería lo último que yo estudiaría’.
No me hizo enojar, sino darme cuenta de la concepción que se tiene de la filosofía, de que es algo aburrido, petrificado, ancestral, complejo, quieto, inmóvil.
Creo que la filosofía hoy en día es el motor. Sirve para pensar sobre política, teoría del estado, teoría del estado feminista, sobre qué es ser mujer, qué es ser hombre.
Darnos cuenta de que no tiene nada que ver con las marcas corporales, que son construcciones políticas.
¿Qué es esto de las construcciones políticas?, yo no concibo un mundo que no piense vivamente sobre lo que está sucediendo”.
Al final, Adriana Sáenz subraya que la filosofía es esencial para entender y mejorar la sociedad, y trabaja para que esta disciplina sea reconocida y valorada por su capacidad de abordar y resolver problemas contemporáneos desde una perspectiva feminista, crítica y reflexiva.
