Morelia Mich. | Acueducto Noticias/ Carlos Tapia.- El Estadio Morelos fue testigo de una batalla épica que culminó en una tanda de penales para el recuerdo. El Atlético Morelia y los Venados de Mérida se enfrentaron mano a mano, pero al minuto 12 de juego la historia parecía que se le pondría mas fácil a Morelia por la expulsión de Luciano Nequecuar.
Pero sin saber aprovechar tantas opciones terminó el tiempo regular para los locales culminando en empate a 1-1 con goles de José Flores de Canarios al 69´ y por Venados Jerónimo Rodrigues al 77´ y cuando el tiempo reglamentario y la prórroga llegaron a su fin, la resolución del destino se trasladó al punto de penalti.
La tensión era palpable en el aire mientras los jugadores tomaban sus posiciones. Fue entonces cuando el arquero del Atlético Morelia, Sosa, se convirtió en el protagonista indiscutible. Demostrando una habilidad extraordinaria y una sangre fría envidiable deteniendo dos penales cruciales que dejaron a la afición en vilo.
El rugido de la multitud se mezcló con el silencio expectante cada vez que un jugador del Atlético Morelia se colocaba frente al balón. Cada ejecución era una prueba de nervios de acero y habilidad técnica, y los jugadores respondieron con una precisión asombrosa.
Finalmente, cuando el marcador de la tanda de penales se inclinó a favor del Atlético Morelia con un 4-3, el estadio estalló en una explosión de júbilo y emoción. Los jugadores se abrazaron, conscientes de que habían superado una prueba de carácter y determinación.
La actuación de Sosa, salvando dos penales decisivos, será recordada como un momento de heroísmo puro. Su presencia en la portería fue un muro inquebrantable que guió al equipo hacia la victoria.
Ahora, los dirigidos por Pepe Muñoz avanzan con la confianza en lo alto hacia otra liguilla. U.D.G será el próximo rival en la lucha por la gloria.
La afición del Atlético Morelia, testigo de esta hazaña histórica, celebró con orgullo y entusiasmo. Esta tanda de penales, llena de drama y emoción, se grabará en la memoria de los aficionados como un momento inolvidable en la trayectoria del equipo, y se hace rugir en lo alto la leyenda Sebastián Sosa, como ya un ídolo indiscutible de la franja canaria