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El Pontífice oró y manifestó su cariño por Monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión, acusado de traición a la Patria, así como por los ciudadanos nicaragüenses recientemente deportados por el gobierno local a Estados Unidos.
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
“Las noticias que llegan de Nicaragua me han entristecido mucho, y no puedo dejar de recordar con preocupación al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, a quien quiero tanto, condenado a 26 años de cárcel, y también a las personas que han sido deportadas a los Estados Unidos”. Con estas contundentes palabras el Santo Padre ha expresado, luego de rezar el Ángelus este domingo 12 de febrero, la congoja de su corazón por el reciente episodio de persecución religiosa en Nicaragua.
El Pontífice reza por las personas deportadas y por quienes sufren en esa querida nación y pide las oraciones de todos. Además, suplica al Señor, por intercesión de la Virgen Inmaculada, “que abra el corazón de los responsables políticos y de todos los ciudadanos a la búsqueda sincera de la paz, que nace de la verdad, la justicia, la libertad y el amor, y se alcanza mediante el ejercicio paciente del diálogo”.
El Obispo de Roma concluye invitando a orar juntos a la Virgen y recita el Avemaría ante los miles de fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, así como a todos los que lo seguían por los medios de comunicación.
El contexto
Recordemos que el pasado viernes 10 de febrero, Monseñor Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, fue condenado a 26 años y cuatro meses de prisión. Los cargos que se le imputaron fueron delitos de conspiración, propagación de noticias falsas, obstrucción de funciones agravadas y desacato a las autoridades. Álvarez se encontraba detenido por las autoridades desde el 19 de agosto de 2022 en arresto domiciliario, y desde el 9 de febrero en la cárcel La Modelo de Tipitapa, luego de negarse a subir al avión junto a otros presos políticos que fueron deportados a Estados Unidos.
En las últimas horas, el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), la Conferencia Episcopal Chilena y la Conferencia Episcopal Española alzaron su voz denunciando las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua y repudiando la expulsión del país centroamericano de los opositores políticos al gobierno, así como la pena de 26 años de cárcel impuesta a Álvarez.
Esta condena a Monseñor Álvarez es un acontecimiento que se suma a los hostigamientos del gobierno nicaragüense contra la Iglesia católica, que ha expulsado del país al Nuncio Apostólico, a 18 religiosas de la Orden de las Misioneras de la Caridad, cerró diversos medios de comunicación católicos, quitó la ciudadanía y desterró a sacerdotes.