Morelia, Mich. | Cayetano Mac/Acueducto Online.- El interés por la veterinaria en Juan Manuel Rincón empezó a temprana edad, fue un dramático suceso de su infancia el que lo hizo descubrir su vocación. “Siempre quise dedicarme a perros y gatos, cuando salí de la carrera me costó encontrar un trabajo.
— ¿Cómo fue que tomó la decisión de querer ser veterinario?
-Desde niño, tenía 4 años, falleció mi perrita coker Mimi. “Los traumas de la vida” mencionaba con una pequeña risa.
La medicina veterinaria le ha traído tanto buenas como malas experiencias, a sus palabras, todas vienen para reforzar el trabajo, han sido 17 años en los que ha velado por la salud y bienestar de las mascotas del hogar.
En sus manos llevaba a uno de sus pequeños acompañantes, un Pomerania de abundante pelaje, eran una familia, había más de diferentes colores y tamaños.
— ¿Qué es lo que le diría ese niño que vio fallecer a su perro?
-Le diría que definitivamente la podía salvar, fueron cosas que se pueden evitar. Desgraciadamente en la comunidad donde vivía creo que ni siquiera había un veterinario.
Por momentos, la Veterinaria Tsuki, situada en Morelia, en la calle Brezo, de Jardines del Rincón, se abarrotaba de clientes, la mayoría venían por el servicio de estética, otros solamente para consulta, en todo momento sus caninos lo seguían en aquel pequeño local.
—- ¿Y qué es lo que le diría a Mimi? –
Que ya estoy aquí para salvarla.
