Cherán y Aquila y ¿los otros tres?

Foto: AFM
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Morelia/José Manuel Alvarado

Después de haber pasado las experiencias de que dos personajes burlaron la seguridad e interrumpieron diferentes eventos en los que participaba el gobernador del Estado, en esta ocasión, la Casa de Gobierno parecía una fortaleza.

La visita del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chón, fue la causante de tan amplio dispositivo de seguridad. Al llegar al inmueble, los policías que hacen tres preguntas para poder ingresar, fueron el primer filtro.

En la entrada a la Casa, ahora había un arco detector de metales. Pero además, personal de seguridad contaba con cajas de plástico en donde las personas que iban ingresando ponían todas sus cosas personales que portaban, además que revisaban todo tipo de bolsa o maletas.

En la fila, un reportero gritó, “qué, va a venir el presidente”, y le contesta otro, “sí, pero el del 2018”.

Pasando ese segundo filtro, ya podías ingresar al Salón Independencia en donde Osorio Chón, el gobernador y presidentes municipales firmarían el convenio general de la conformación del Mando Único Policial.

La prensa fue citada media hora antes al lugar con la finalidad de quedar bien acomodados. Para esa hora, se encontraban muy pocos presidentes e invitados al evento.
No quedaba más que esperar, con una música de fondo típica de eventos de gobierno reproduciéndose en el sonido, Flor de Canela.

Empezaron a desfilar las personalidades. Entre ellas, Agustín Trujillo Íñiguez, presidente del PRI estatal. Como si fuera una fiesta, saludó a varios de sus compañeros de partido y se sacó varias fotos con su celular.

Después llegó el ex presidente municipal de Morelia, Wilfrido Lázaro, quien de inmediato tomó su lugar, pero no pudo evitar que la prensa, que estaba muy bien ubicada, le gritara, “qué paso Willy”.

El transcurrir de los minutos, fueron haciendo que cada vez el tiempo fuera más denso. Aunque nadie decía, pero el hambre empezaba a hacer sus estragos. Esto provocó, que la prensa se dedicara a ver desde la barrera los toros que iban pasando. Ninguno se salvó del acecho.
Arribó al salón Alfonso Martínez, presidente municipal de Morelia. Quiso pasar desapercibido. La prensa lo ubicó y un reportero, le gritó, “Poncho, ven a saludar a la perrada”. El alcalde accedió al llamado y se acercó, lo suficiente para que nuevamente el reportero le gritara, “abajo el Pan y arriba Poncho”.

La voz seductora del locutor, invitó a los presentes a ir tomando sus lugares y de mantener el celular en silencio o vibrador. Sólo le faltó decir, “esta es primera llamada, primera”.

Por otra entrada más privada, llegó la Senadora de la República, Luisa María Calderón, a la que por la lejanía no se le pudo hacer alguna tipo de comentario. Pero sí se le notó un nuevo look y se puso a platicar con el edil moreliano, pues les tocó estar sentados juntos en la mesa.

Luego entró la diputada priísta, Adriana Hernández Íñiguez, quien dejó pasmados a varios por su ajustado vestido azul marino con bolitas blancas. Al pasar frente a la prensa, prefirió tomar del brazo a Carlos Paredes, titular del Centro Estatal para el Desarrollo Municipal.

En eso, a su regreso de haber ayudado a pasar a la legisladora, Paredes voltea hacia donde estaba la prensa y pregunta, “¿todo bien, una agüita o algo?” a lo que le responden varios reporteros, “¡Claro!, un agua, una torta de carnitas”. Se quedó mirando a la coordinadora de Comunicación Social y dijo entre dientes, “está bien, voy por agua”, la cual, nunca llegó.

Seguían llegando presidentes municipales e invitados que ahora sí, fueron llenando el Salón Independencia. Por fin, después de la espera, llegaron al lugar Silvano Aureoles y Miguel Ángel Osorio. Para ese momento, ya no había música de fondo. Invadió al salón un silencio que sólo permitía escuchar las ráfagas de las cámaras fotográficas.

Ambos funcionarios fueron saludando a uno por uno de los invitados que se encontraban en una mesa rectangular enorme. Fue muy tardado darle la vuelta a todo el lugar. Además, como si nadie estuviera desesperado por que iniciara el evento, las fotos y selfies no pudieron faltar que los alcaldes le pedían al Secretario de Gobernación.

Poco a poco se fueron acercando a la zona de peligro, a la acechanza de los periodistas que decían, “nosotros también queremos fotos”, “si, foto”, y empezó el coro, “foto, foto, foto…”
Con esa petición, Osorio Chón inevitablemente se detuvo frente a las cámaras y dijo, “un saludo a todos”, y las ráfagas de fotos se le fueron encima.

Ya en sus lugares, después de estrechar la mano de todos, ambos discursos incluyeron los “guayabazos”, de Silvano a Osorio Chón y el revire de Osorio Chón a Silvano.
Terminando sus participaciones, quedó una pregunta en el aire. ¿Cuántos municipios habían firmado el convenio? Silvano sólo mencionó que la mayoría. Ambos se fueron por la puerta de atrás sin dar una explicación.

Fue entonces que Adrián Solís, Secretario de Gobierno del Estado, le explicó a los medios de comunicación que de los 113 municipios, 108 habían firmado el convenio. La pregunta que surgió fue, ¿por qué no lo dejaron claro desde el principio?

Terminó el evento. Al salir del salón, se veían varias personas moviendo la mandíbula. Como un espejismo en el desierto se alcanzaban a ver pizzas y refrescos. Efectivamente, para sorpresa de muchos, se puso guapo ´Poncho´ y pichó la comida.