1.- No, no hay justificación alguna, más que la de carácter político, para las constantes protestas de una fracción de la llamada Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en demanda de pago de salarios atrados que no exactamente devengados, sobre todo para tratar de irrumpir casi en forma violenta un acto cívico de gran calado para la historia michoacano, como es el aniversario de los Mártires de Uruapan.
2.- Y es que los maestros, que ni son ni una gran mayoría ni tampoco una mínima mediania, por más protestas que realicen, por más acciones radicales o no, en lo inmediato no hay recursos financieros para hacer frente a su demanda del pago total, no en abonos como lo viene realizando el actual gobierno estatal; es decir, no hay negativa alguna, menos actitudes burocráticas o de carácter político, no hay mala fe, pues.
3.- Si, más allá de tratar de entender su situación por normalizar sus pagos, pueden gritar, pueden manotear, pueden bloquear, pueden tomar, pueden todo lo que esté a su alcance, a su etender, pero no habrá respuesta inmediata, a modo, como lo pretede esa parte del magisterio michoacano, porque simple y llanamente no hay recursos, no hay en corto plazo, es tan difícil de entender, no, no lo es, por eso, todo ello, nos lleva a visualizar transfondo político.