Morelia/José Manuel Alvarado
Han pasado dos meses y la mayoría de los ayuntamientos del Estado carecen de capacidad financiera. Aunque no estuvieron los 113 alcaldes presentes en la Reunión de Trabajo para el Fortalecimiento de la Gestión Municipal, el salón Michoacán del Centro de Convenciones de Morelia lucía con cupo lleno.
Entre los asistentes además de alcaldes, se encontraban funcionarios de los tres niveles de gobierno. En teoría, directores de Planeación, Obras públicas, Contraloría, Ingresos y tesoreros municipales, pero en el lugar, difícil identificar a varios de ellos.
Bien atendidos esperando el arribo del gobernador se encontraban. Canapés, refrescos, agua y café. Con música de fondo, era el ambiente para iniciar la reunión de trabajo, como un mosaico multicultural al ver que, a pesar de ostentar el mismo cargo, la diferencia de los municipios se reflejaba en la vestimenta de cada uno de sus representantes.
Llegó Silvano Aureoles Conejo acompañado de su comitiva y del director general de Banobras, Abraham Zamora Torres. Ambos desde que arribaron irradiando en su rostro una sonrisa.
Tomaron todos sus lugares y comenzaron los discursos. El Secretario de Finanzas y Administración, Carlos Maldonado. Seguido del director de Banobras que utilizó unas diapositivas para mostrarles a los alcaldes los beneficios que pueden tener al solicitar créditos a la institución que dirige.
Empezó el evento, Silvano preguntó: “¿cuántas presidentas tenemos, por cierto?”, “que levanten la mano las presidentas, puras presidentas dije”. A lo que sólo tres levantaron su brazo. El gobernador dijo que si de 113 municipios sólo tenemos 4, “son poquitas”.
Después volvió a externar dentro de su discurso. “Si yo le pregunto a alguna de las presidentas o algún presidente cómo van, me van a decir que estamos en la ruina porque no nos dejaron ni los lápices, y en el mayor de los casos, endeudados”.
Al explicar que entiende su situación, volvió a arrebatarles a los alcaldes risotadas al decirles, “ustedes están sufriendo ahorita… bueno, estamos, para que no se sientan solos”.
Efectivamente la labor no está nada fácil, tal y como lo aseguró Silvano, pero era entendible que su comportamiento del mandatario, fue que de manera muy sutil, les fue presentando propuestas a los alcaldes.
“No todas las deudas son malas, si consigues dinero para hacer una fiesta pues está cañón, o como aquel que vendió su casa para irse a Acapulco, o sea eso no”, les explicaba al tiempo de decirles que no los estaba invitando a endeudarse.
“Dijera el de Zitácuaro, uy, eso es crédito, nosotros lo que queremos es algo rápido y en efectivo”. Seguían las risas de los asistentes provocadas por el mandatario.
Después, presumió su paso como alcalde en Zitácuaro, el cual dijo hace 15 años él mismo inició un reestructuración de los procesos en la tesorería, y que hoy lo tiene con calificación doble A+ por las calificadoras nacionales e internacionales, porque no tiene deuda institucionalizada y tiene los procesos establecidos que le permite tener acceso a cualquier financiamiento, y es el único municipio de Michoacán que cuenta con ello.
De ahí pasó a presumir que es el único municipio en el estado que tiene una policía por lo menos sólida con 300 elementos y con esquemas de funcionamiento, “eso no lo tiene ni Morelia”.
De repente, no se entendía la presencia de Raymundo Arreola Ortega, presidente de la Mesa Directiva del Congreso Local, pero Silvano aclaró que lo había invitado, porque se va a tener que platicar con los diputados locales sobre temas novedosos que permitan ampliar los ingresos.
Puso de ejemplo el tema del predial. Retomando su paso como alcalde en Zitácuaro, señaló que aumentó 12 por ciento los ingresos propios en tres meses con el predial, pero “nos cuesta trabajo cobrarlo allá, porque conoces al vecino, es comadre, o compadre, cómo me vas a cobrar más caro, te dicen, nombre al contrario hazme un descuentito y ahí se la lleva uno, pero como tiene consto político mejor ya no queremos cobrarle a nadie, porque se acaba la luna de miel y nos la empiezan a mentar”, les dijo.
Por eso, como que ya no con tantas risas, le sugirió, “hagamos el convenio con el gobierno del estado, “yo me aviento el tiro”, “nosotros lo cobramos y les regreso un cachito”, y ahora si se soltaron las risas. “Jaja no, no es cierto”…
Les prometió que independientemente que se reúnan el próximo lunes para firmar el mando único, él los quiere ver antes, sentarse con ellos sin intermediarios, y poderlos ayudar para que tengan capacidad de gobernar, y las risas cambiaron a aplausos, “yo quiero que sean buenos presidentes, que entreguen buenos resultados y ya lo demás, como dice el dicho popular, Dios dirá”.