“Las catrinas” no tienen precio

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Morelia/José Manuel Alvarado

 

Salió el sol en la capital michoacana. Un domingo familiar se antojaba después de las malas noticias que dejó la semana y el paso del huracán “Patricia” por los litorales michoacanos.

La salida a Quiroga de Morelia, se sentía saturada de autos más de lo normal, sobre todo por ser domingo. La Feria Nacional Artesanal y Cultural de la Catrina en Capula, fue la causa de esa aglomeración que desde la entrada a la tenencia, ya se veían estacionados carros por la falta de lugar o un estacionamiento. La gente prefería dejar su auto lejos e iniciar la caminata rumbo a la plaza principal.

Un ambiente familiar fue el que se vivió en esta inauguración de la feria que por quinta ocasión se celebra del 24 de octubre al 3 de noviembre. Más colorido de lo común lucía Capula. Muchos vecinos acondicionaron sus casas para ofrecer algún servicio a la gente que llenó las calles del pueblo.

Unos improvisaron su mesita para vender micheladas, otros, bebidas preparadas con mezcal. No faltaron los antojitos michoacanos en varias casas y puestos. Los tradicionales vendedores de carnitas hicieron su agosto al vender todo lo del caso. Baños improvisados de las casas particulares.

Locales comerciales visitados constantemente por personas que admiraban las artesanías y las catrinas echas de barro y pintadas de varios colores. No importaba el costo, decía una señora, “el arte no tiene precio”. Es que estos oscilaban entre 200 hasta mil 500 pesos por una pieza.

Por donde quiera podías ver personas pintadas del rostro de calacas. Niños, jóvenes y adultos. De repente volteabas y, además de maquilladas, mujeres portaban unos vestidos hermosos de colores, su sombrilla y un sombrero con plumas. Las cámaras fotográficas y con celulares no dejaban de ´flashear´.

Efectivamente, una feria que dejó sentir a los presentes la gastronomía del lugar, la exhibición y venta de artesanías, además de eventos artísticos y culturales.

En la plaza, una banda de viento amenizando. Todo listo para la inauguración oficial que corrió por parte de las autoridades municipales y estatales.

A pesar de que los nuevos gobiernos acaban de tomar posesión, pudieron coordinarse para apoyar al patronato de la feria. Cerca de 200 artesanos y 50 espacios de gastronomía comprenden este evento que cada vez tiene más realce, comentaba Doña Gloria, “he venido tres veces a esta feria y nunca había visto tanta gente como ahora”.

Según las autoridades, se espera que esta feria reúna a más de 60 mil visitantes, que fuera la cifra del año pasado.

Lo que se sentía en realidad era la felicidad de los habitantes, al caminar por los stand de exhibición, al ver cómo las niñas se pintaban su carita y con un atuendo de catrina, sentadas en una banca, esperaban a que por cualquier cooperación o propina te pudieras tomar una foto con ellas.

Fue inevitable darse cuenta de cómo la derrama económica se dejaba sentir en cada lugar que visitabas. Todos vendiendo. Todos felices por acabar, por prestar un servicio.  En definitiva, se percibía que esta feria la hace el pueblo y es del pueblo, los primeros festejos previos a la tradicional noche de muertos que se vivirá en próximos días en Michoacán.