Morelia/Samuel Ponce Morales
En los últimos días, ante temas contundentes como el de la reforma energética y hasta el de Mamá Rosa, hay una clara percepción de que ha bajado el activismo del movimiento por la liberación de uno de los principales fundadores de las autodefensas michoacanas, José Manuel Mireles.
Si de por sí las manifestaciones en torno al hoy preso eran débiles, desde el punto de vista cuantitativo, hoy prácticamente han desaparecido de la escena, aunque no implica una situación permanente; sin embargo, hay seguidores de Mireles casi siempre fieles.
En el centro histórico de la capital del estado cada semana, desde las últimas semanas, no más de dos decenas de jóvenes y algunos no tanto, se aposentan casi al pie del busto del Benemérito de Las América, Benito Juárez, situada en la Plaza de Armas, para seguir demandando la liberación de Mireles.
Ahí con el resonar de una música dramática,sin cánticos, desplegando pequeñas y medianas leyendas, los mayoritariamente universitarios nicolaitas hacen el intento porque la gente no se olvide que Mireles está vivo, que sigue vigente y que por ende hay que luchar por su liberación.