Uno no puede dejar de admirar todo lo que encierra la historia de los pueblos purépechas, desde la A a la Z, más aun cuando hay festividades que aglutinan la recreación, el juego, de su mundo, como en Zacán, y se mezclan como cualquier feria de rancho, en la cual abunda más el alcohol que nada, uno no puede dejar de lamentarse…