Morelia, Mich.|Víctor Ruiz/Acueductoonline.- Cantan y saltan como si de un partido de futbol se tratara. El sol cala, pero todavía falta poco más de una hora para poder tomar un descanso. “¡El Carlos Herrera, el Carlos Herrera!”, entonan y ondean las banderas cuando el semáforo se pone en rojo.
El contingente de animadores normalmente es de veinticinco, pero este día acudieron solamente doce. La mayoría son adolescentes, visten con playeras negras del candidato y reconocen que el peor turno es el de 4 a 7 de la tarde, cuando el calor se vuelve más intolerable.
Del otro lado del circuito, justo a la altura de Avenida Periodismo, otros nueve jóvenes se encuentran haciendo la misma labor, pero en beneficio del candidato a la alcaldía de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar.
Sin importar el partido y candidato, todos ellos se presentan como voluntarios. Algunos están dobles jornadas de 7 a 12 del día y de 4 a 7, mientras que otros cumplen un solo horario de 9 a 13:30 horas. Los puntos de concentración varían, pero se les puede observar por el estadio Morelos, la Avenida Décima, en el zoológico “Benito Juárez”, en Plaza Fiesta Camelinas, Las Américas, entre otras vialidades.
El coordinador del contingente de adolescentes carga una enorme bandera de la alianza Equipo por Michoacán, dice no tener mucha información, pero asegura que a nadie se le paga, que todos están ahí meramente por una convicción política, por el sólo hecho de creer que Michoacán va a ser otro a partir del 6 de junio. Los rostros de enfado de muchos de los jóvenes proyectan totalmente lo contrario.
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Justo enfrente de los Cenadores, unas cincuenta personas silban y bailan mientras ondean las banderas de Morena. A diferencia de los otros grupos, ellos son itinerantes, es difícil encontrarlos en el mismo sitio todos los días. Si son requeridos, acompañan a algún candidato a actividades proselitistas y si la agenda escasea, los cruceros de la ciudad siempre serán una opción.
Fuentes revelan a Acueducto Online que efectivamente hay quienes aceptaron realizar esta labor por dos meses de manera voluntaria a cambio de encontrar algún acomodo laboral en caso de que el candidato gane la elección.
Pero están los otros, la gran mayoría. Con la condición de no revelar a qué partidos y candidatos le están trabajando, se informó a esta casa editorial que el pago por la actividad de “matraquear” durante una jornada de ocho horas va de los 150 a los 200 pesos, con sus respectivos descansos.
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