Morelia, Mich. | Víctor Ruiz/Acueductooline.- De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el periodo de confinamiento que comprende de abril del 2019 al mismo mes, pero del 2020, en el país se perdieron 12 millones de empleos, entre formales e informales.
Del total de la población afectada, el 43 por ciento oscila entre los 25 y 40 años, mientras que el 33 por ciento ronda entre los 15 y 22 años; es decir, el sector juvenil ha sido uno de los más golpeados económica y laboralmente por la pandemia de Covid-19.
A decir del economista y maestro en Ciencias, Lenin Contreras, estas estadísticas ventilan uno de los principales factores que hacen que los jóvenes acepten los trabajos que se suelen ofrecer durante las campañas políticas.
“La tasa de desocupación en Michoacán está en el 2.7 por ciento, es decir en la media nacional, pero las estadísticas tienen mecanismos para ocultar el problema, pues no se habla de la subocupación, que no es otra cosa que los trabajadores que tienen la disposición de trabajar una jornada completa, pero no pueden hacerlo porque no existen las ofertas de empleo y generalmente aceptan trabajos eventuales o, dicho de otra manera, se emplean por chambitas”.
Si a esto se le suma que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) estimó el año pasado que el 50 por ciento de la población en Michoacán padece algún tipo de pobreza y que en su mayoría los sectores más vulnerables son los infantes y el juvenil, el camino está hecho: este tipo de ofertas de empleo informal les resultan atractivas a las familias.
Sin embargo, para Lenin Contreras el problema es que la informalidad en el caso de ellos no está justificada, pues argumentó que es entendible cuando se trata de pequeños negocios y el autoempleo, pero no de instituciones que están perfectamente reconocidas por la ley.
“Es este tipo de trabajo donde carecen de todo contrato legal establecido, desde el que vende papitas, el que toca el saxofón en la avenida, el que atiende mesas en los puestos de tacos, todos aquellos que no tienen certeza laboral; pero el problema es que los chavos están trabajando para instituciones reconocidas por la ley, esto hace diferente a la figura del patrón”.
A decir del especialista en Derecho Laboral, Abraham Salazar, existen figuras en la Ley Federal del Trabajo para procurar a quienes prestan algún servicio por un tiempo determinado, esto bajo el concepto de “contrato por tiempo u obra determinada”, lo que les permitiría acceder a prestaciones de ley y todos los derechos que posee un trabajador.
No obstante, para librar esta responsabilidad, los partidos políticos utilizan el disfraz llamado “voluntarios”, donde se establece que la motivación de quien lo ejerce no es recibir un pago por sus actividades.