El que era responsable de la construcción y equipamiento del inconcluso Teatro Matamoros, Cuauhtémoc Cárdenas Batel, no tiene vergüenza alguna, pues, pese a que desde hace mucho no fluían recursos para su encomienda, seguía en el cargo, vegetando, nadando a muertito, en lugar de adoptar una actitud digna, cardenista, y renunciar, pero no, y por ello quiere su nieve de limón…