Más allá de la lucha de los habitantes de los indígenas de Aquila, más allá de la función de los miembros del Ejército Mexicano, no hay nada que justifique la muerte de un pequeño infante. No se justifica la presencia de un menor en un bloqueo carretero y no se justifica que los militares hayan disparado sin tener la certeza de que no habría víctimas inocentes. No tienen madre, ni los de allá ni los de acá…