Morelia/Samuel Ponce Morales
Las visitas del equipo de primer nivel del gobierno federal, incluido la del propia Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, deben medirse en la calidad de las mismas para evitar poses estériles que se conviertan en un bumerang político.
Por eso, las giras presidenciales a territorio michoacano no deben estar exentas de un objetivo bien delineado, más allá de la inauguración de una serie de obras públicas y la implementación de más acciones sociales o productivas.
En esta ocasión, en la agenda gira del mandatario federal por la región de Tierra Caliente, específicamente en Tepalcatepec, tiene un significado muy especial, porque ahí simplemente se dieron a conocer la existencia de las autodefensas.
Pero, ahí también, en Tepalcatepec se dio a conocer, no sin resistencia en un inicio, la gradual extinción -versión oficial de la Federación- de la desaparición de las propias autodefensas que ya estaban siendo escandalosamente infiltradas por desertores del crimen organizado.
Ahora, no tardaremos en ver al Presidente Enrique Peña Nieto en plena pose fotográfica con alguna figura de las hoy ex autodefensas, una imagen que implique no solo la institucionalización de las mismas, sino que hay avances en la lucha contra el cartel de Los Caballeros Templarios.