¿Por qué no se puede ir Castillo?

Alan Ortega
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Morelia/Samuel Ponce Morales

Con claroscuros pero hay avance federal en materia de seguridad pública en territorio michoacano, aunque el retiro del comisionado Alfredo Castillo Cervantes está acotado por la captura de uno de los líderes emblemáticos de Los Caballeros Templarios, Servando Gómez, alias La Tuta.

Y es que el funcionario federal, el cual ha demostrado resultados sin importarle formalidades, prácticamente se puso esa condición en el transcurso de una entrevista telefónica sostenida con el periodista Francisco García Davish, a quien declaró que la aprehensión del delincuente será “la cereza del pastel”.

Ese es el punto. Uno no se imagina al ex procurador del Estado de México diciendo: misión cumplida e irse de la entidad, así nomás, sin la captura -¿vivo o muerto?- de La Tuta, aunque antes deberá demostrar que a lo largo y ancho de Michoacán:

Ha regresado la seguridad pública, que se puede transitar libremente, que regresan las inversiones productivas, que se ha revertido la escasa afluencia turística, que han disminuido radicalmente las extorsiones y los secuestros, que los Caballeros Templarios se han extinguido, que no ha surgido otro cartel del crimen organizado, que no hay más autodefensas, que por sus vínculos con la delincuencia han sido investigados y aprehendidos funcionarios públicos, empresarios, jueces, magistrados, notarios y hasta periodistas.

No, no se puede ir, así nomás. Bueno, no se puede ir así nomás sin enfrentar, junto con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el propio presidente Enrique Peña Nieto, las consecuencias no solo mediáticas…