Morelia/Jesús González Mendoza
Desde el mes de marzo, se encuentra en el Centro Cultural Clavijero (CCC) la exposición Alegoría de la razón de Rafael Coronel, artista que falleció el pasado 7 de mayo. La exposición comprende de 32 pinturas y 3 esculturas que se complementan y forman un diálogo que va más allá de las dos dimensiones.
La obra de Coronel es marcada por el manejo de claroscuros brumosos en cuanto a técnica y es habitada por personajes medievales, ancianos en su mayoría.
Las máscaras muchas veces son incluidas en sus obras, sobre todo en sus creaciones más recientes. Un ejemplo claro es una pintura donde el personaje sostiene en cada mano una máscara con el rostro de él mismo y las confronta. Un hombre que sostiene su rostro repetido en cada mano es una confrontación interior, de las múltiples máscaras que somos. La obra se titula Frente a frente.
En las esculturas también encontramos estos temas, un hombre que sostiene en su regazo una máscara, otro que toca la flauta y a la vez sostiene otra máscara en la otra mano, otro en la que la máscara está en las espaldas del personaje acuclillado, y la máscara tiene un rictus forzado. Quizá las máscaras son más expresivas que los hombres.
La pintura de la primera etapa de Coronel es quizá aún más perturbadora, más oscura, que recuerda a obras como las de Goya y Caravaggio. Son pinturas más cercanas a la miseria humana, al sufrimiento. Son rostros plagados de expresiones dolorosas, de hambre y de pobreza. Y la vejez, siempre la vejez, presente como algo inevitable.
La pintura más antigua expuesta en Alegoría de la razón es La limosna, una obra oscura. Los personajes tienen rostros simiescos, rostros que nos recuerdan nuestro propio origen, que nos revelan miserables.
