Morelia/Erick Alba
No es el primer aspirante a un puesto público que visita el Centro el Rehabilitación Integral (CRIT) instalado en Morelia como parte de su actividad proselitista, pero Ascensión Orihuela sí es el primero que lo hace en un fecha emblemática, el Día del Niño, aunque con intenciones más frías que lúdicas.
Orihuela Bárcenas hace el recorrido por las instalaciones del complejo con la obligada postura de candidato vencedor del debate público de la noche anterior, lo sea o no, pero con cumpliendo así con la exigida actitud que marca el manual de imagen.
Muchas ocasiones para fotos con niños en proceso de rehabilitación; las sonrisas y caricias amigables en sus cabezas, tal vez un diálogo pequeño y la explicación del director del inmueble, Luis Antonio Amparano Zatarin, sobre las funciones que desarrolla algún equipo mecánico o la funcionalidad de los espacios.
Sin embargo, no es una visita para unirse al festejo por el Día del Niño, ése fue el pasado viernes cuando los directivos decidieron adelantar la fiesta para los usuarios.
Orihuela sostiene reunión semi pública con la Mesa Directiva del centro de atención.
Están ellos, él y su propio equipo de campaña, pero también los reporteros. Trata de indagar sobre las necesidades más urgentes e idear algo como propuesta inmediata más allá de los lugares comunes que ya se han escuchado sobre el necesario apoyo a este sector social.
Y los directivos tienen ya practicado el mensaje: explicaciones sobre cómo funciona la institución, a cuántos niños se atienda, desde cuándo, para qué, y también lo que hace falta: dinero.
Es notorio que en México, en Michoacán en particular, hay personal especializado con conocimientos suficientes, con experiencia y disposición, pero el dinero es la falla constante, y se lo comunican al priista como una de las puertas que puede abrirse en el futuro.
Nadie duda entonces de la funcionalidad del CRIT y de lo necesarios que resultan sus servicios, aunque en sí mismo representa una asunto polémico para cualquier gobernante o aspirante a serlo.
Alfonso Martínez Alcázar, el eternamente traicionado panista y ahora candidato independiente a la alcaldía de Morelia, estuvo hace unos días aquí y recibió las mismas solicitudes, y como los otros aspirantes, respondió con generalidades.
“La inclusión social de las personas con discapacidades físicas”, dijo entonces, y añadió a eso las oportunidades educativas todavía pendientes de concretar, las aún más escasas oportunidades de empleo, los raquíticos accesos a edificios públicos para personas que requieren de aparatos para desplazarse.
Y es que la problemática es grande no sólo en la accesibilidad de las personas con capacidad a espacios públicos y su inclusión en la vida colectiva, pues el mismo CRIT, a pesar de ser la institución en su tipo que cuenta con el presupuesto más alto del estado, 40 millones de pesos anuales, sigue padeciendo la escasez.
Se atiende a mil niños, que es la capacidad máxima del inmueble, explica Amparano, y son más de mil los que están en lista de espera para recibir la misma atención, la mayoría originarios de Michoacán, más del 95 por ciento cuando el plan era atender sólo al 80 por ciento de locales y el resto de los estados vecinos.
Pero la realidad se comió a los cálculos y ahora sólo es una pequeña porción de foráneos la que puede ser atendida.
Después de la reunión inicia el recorrido con todo el contingente, visitantes y anfitriones, para observar a los infantes en su ejercitamiento periódico, y entonces no es dable pensar que la sonrisa del candidato, su acercamiento y diálogo deba ser estrictamente fingido por el simple hecho de ser aspirante a un puesto público.
En realidad tiene algo de esperanzador ver el trabajo de los especialistas y el esfuerzo de los que reciben atención, y causa también cierta dosis de impotencia mezclada con indignación al pensar que en realidad aquí se necesita dinero más allá del origen del CRIT y de las intenciones de la empresa televisora que la impulsó, pues simplemente es un servicio urgente y que en eso no admite discusión.
