Ismael Herrera/Morelia
Monarcas Morelia se prepara para su arranque en el Clausura 2019 de fútbol mexicano, con un futuro poco prometedor, que tal parece no variará de sus actuaciones en los últimos años.
Se continúa con la política que se ha seguido desde que está al frente Alvaro Dávila, como presidente del equipo, de poca inversión, y ver la forma de que algún refuerzo destaque para posteriormente venderlo, y en la búsqueda de contar con finanzas sanas, por encima de los resultados futbolísticos, que es lo que se observa.
Para el presente torneo no es la excepción, y tras el trabajo que realizan de pretemporada en Avándaro, y ahora en Morelia, las noticias surgidas son las de las bajas de Diego Valdés, que se fue al Santos, Carlos Guzmán al Necaxa, y Salvador Reyes a Cimarrones.
Tanto Valdés, como Guzmán fueron parte importante del esquema táctico de Roberto Hernández, en justas anteriores, aunque en el caso de Valdés le faltó continuidad en su accionar, y en la recta final, que ya no apareció en el cuadro titular, al parecer también por un distanciamiento con el técnico, y el segundo, que fue regular en el once inicial, el problema es que a la fecha no se ha contratado a nadie, que los pueda suplir.
Sobre refuerzos, se habla de que se ve el mercado de Perú y Chile, que todo parece indicar seguirá por la misma línea de contratar elementos de medio nivel, haber si pega, y después venderlo al doble o triple de como lo adquirieron.
En el caso del entrenador, parece inamovible, pues así conviene a los intereses del club, bajo el argumento de que los salvó del descenso, los clasificó a 4 liguillas, salvó esta última que no lograron entrar a la «fiesta grande» del fútbol mexicano, en la era de Roberto Hernández, quien incluso ha dejado abierta la posibilidad de ya no traer más refuerzos .
Ante estos argumentos, el futuro inmediato del cuadro michoacano, no se ve prometedor para enfrentar el Clausura 2019 del balompié Azteca.