Malos tiempos para el mundo, no sólo para Michoacán

Especial
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Morelia/ Ramón Méndez

El arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, venerable anciano, después de la celebración de la misa en que hizo el lavatorio de pies a doce jóvenes que representaron a los apóstoles de Jesús el Jueves Santo de la Semana Mayor de 2014 en Michoacán, accedió, acosado por periodistas de varios medios de comunicación, a una sola entrevista.

Una sola entrevista fue, efectivamente, pero fue tumultuaria: unos veinte reporteros estábamos en torno suyo gritando preguntas y esperando respuestas. Se impuso la interrogante, a fuerza de cámaras de fotografía y de video: “¿Está mal el estado de Michoacán, son malos días para el estado?”

Suárez Inda contestó: “Son malos días no nada más para Michoacán, sino para el mundo, para toda la humanidad”.

Alguien hizo otra pregunta, respecto al rito del caso, a saber: el lavado de pies de los apóstoles y la Última Cena, noche antes de la crucifixión. El viejo prelado respondió: “La celebración de los misterios es hoy fecunda para la humanidad… Del misterio de Cristo viene la capacidad de un hombre y una mujer con ganas de vivir con dignidad”.

Añadió: “Nos comportamos como tales, comunicadores de una misma verdad, la mayor exigencia que se pide es la oración, la verdad… Es tiempo de oración, de ser más humildes. Ser ministro, lo que somos, quiere decir ser servidor”.

Hay más preguntas en torno, casi a gritos, pero la voz de Acueducto on line se impone con la imperiosa interrogante de por qué la aprehensión de Jesús y su sentencia a muerte, y cómo se podía explicar la venta de Judas que hizo prisionero a Jesús.

El sacerdote emérito de Michoacán explicó: “Hay una condena muy injusta, y contra un inocente. Las treinta monedas son sólo un símbolo. Por parte de Él la manera de revertir la condena contra el inocente es aceptar la muerte”.

Brota otra pregunta de voz de una compañera del gremio con respecto a las disposiciones del Papa Francisco con respecto a los sacerdotes pederastas, y Suárez Inda contestó: “Por supuesto que estamos en contra de un crimen tan grave. Ya lo había condenado Juan Pablo II, sumamente recto de conciencia”.

Con esas palabras el arzobispo de Morelia dio por terminada la entrevista tumultuaria, pero aceptó que nuestra casa editorial, Acueducto on line, pueda hacerle otra entrevista, particular, para ilustrar a los lectores en esos asuntos de los misterios de la divinidad.