Morelia/Julieta Coria
Eran las seis de la tarde en punto, cuando los independientes saltaron al ruedo, ante un lleno total, abarrotado entre banderas moradas y camisas con la leyenda de Alfonso.
Adentro desde hace una hora amenazaba la tarde de domingo, con amenazante lluvia, el doble de Marco Antonio Solís, el buki, para deleite de los asistentes, quienes con panes y cocas, aguardaban el cierre independiente.
El palacio del arte en la ciudad de Morelia, no cabía ni un alfiler, afuera cientos al grito de ¡no hay voto, si no entramos! se escucha el grito de cientos de molestos a quienes las puertas frente a sus ojos se cerraron, y es que ya no hay lugar.
Adentro tal concierto de música rock o pop, la gente coreaba las canciones que escucharon en el mes y medio de campañas, ondeaban las banderas moradas, y los gritos de euforia sonaban en la arenosa sede.
Saltaron los independientes, de blanco, con sus sonrisas de oreja a oreja, tomados de la mano y con los puños en mano, saludaban y posaban a la vez para las cámaras, los gritos, las porras no paran al ritmo de la música, que ha amenizado toda la tarde.
Uno a uno saltaron al escenario, micrófono en mano, todos prometieron no se parte de los mismos políticos de siempre, todos se dijeron diferente de los que siempre han gobernado “es tiempo de que gobiernen los ciudadanos, es tiempo del cambio”.
Todos y cada uno se dijeron diferentes y comprometidos por la bella ciudad de Morelia, la que no se detiene, la que requiere continuidad y buenos ciudadanos que gobiernen.
Más de una hora de promesas, de hablar de las necesidades de la gente y de cómo el cambio está por llegar, miles de asistentes no dejan de aplaudir en evento independiente con el mismo sabor de cierre, así, casi casi como los de siempre…