Y, la ola verde invadió Rostov

Imagen Enrique Castro
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Rastov, Rusia/Enrique Castro

Una ola verde llegó de nuevo; el gran puente vehicular que cruza El rio Don tuvo que cerrar su circulación. Y es que está ciudad, Rostov del Don, tiene una importante actividad mercantil por medio de su rio que desemboca en el mar negro.

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Los habitantes y las autoridades no esperaban que una invasión de aficionados mexicanos llegara a esta ciudad y mucho menos, que la gran mayoría tomara la importante arteria vial del puente para irse caminando rumbo al estadio Rostov Arena.

Todos los mexicanos -con playeras verdes y blancas, sombreros, disfraces, gorros y penachos- se unieron en gritos de apoyo a los seleccionados nacionales que se enfrentarían contra sus similares de Corea del Sur.

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Aztecas, chapulines colorados, luchadores, charros y rostros pintados coloreaban la caravana de mexicanos rumbo al estadio. Banderas de México ondeaban en los vientos y de igual forma se pintaban en los cachetes de la gente.

Prácticamente una ola verde avanzó bajo la curiosa mirada de los policías y habitantes rusos. Solo cantos y gritos de apoyo se escuchaban. Uno a uno y montón a montón fueron entrando al estadio y llenando las butacas; el estadio estaba lleno y de color verde; sacando cuentas, al menos 30 mil mexicanos estaban en el lugar cantando el Cielito lindo.

Cayó el primer gol y la cerveza voló y el grito retumbó el estadio; la afición cantó y bailó de felicidad y volvió a explotar cuando «Chicharito» volvió a anotar.

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El pase a Octavos de final está más cerca, y las verdes almas que acompañan al «tri», están dispuestas a invadir la próxima ciudad que será sede del tercer y último partido del fase de grupos de México en el Mundial de Rusia 2018.

Y, Ekaterimburgo, espera a la ola verde la próxima semana.