Morelia/Héctor Tapia
Llegaron repletos de esperanza y se fueron con la sensación de vacío, a excepción de unas cuantas cervezas que tomaron viendo el partido. Los aficionados tanto del Club América como del Monarcas, tras el pitazo que acabó con el encuentro futbolístico, se fueron retirando del estadio con la tensión guardada en el cuerpo.
Primero, eufóricos fueron tomando sus lugares. Estuvieron expectantes durante la primera media hora, entre un ir y venir de un lado a otro del campo hasta que llegó un tiro de esquina a favor de Monarcas.
Algunos aficionados monarcas con las manos en el rostro ven atentos el saque de esquina y mientras el balón sigue su curso se ponen de pie. “Pikolín”, al minuto 31, al rematar logró el primer tanto que colocó al Monarcas al frente del marcador.
La rivalidad monarca estalló contra los americanistas con gritos de alegría que duraron apenas pocos minutos; duró hasta que el argentino Darío Benedetto empató el partido con un gol de cabeza. Marcador que se mantuvo durante el primer tiempo.
En el segundo, los Monarcas volvieron a remontar el marcador, y aunque los locales, desde el Estadio Morelos, confiaban en que se mantendría de esta forma, los americanistas volvieron a empatar el marcador. Cerraron el partido así: 2-2.
El resultado no convenció a la afición. Para los monarcas fue una victoria que se les fue en dos ocasiones de las manos. Y para el américa fue una simple defensa para no terminar abajo.
Salieron tranquilos de sus lugares. Poco a poco fueron abandonando el estadio, sin más sobresaltos que los dejados por un partido donde no hubo ganadores.
Tampoco los que venían playeras afuera del Morelos parecieron ganar, los puestos estaban prácticamente vacíos.