Morelia/Héctor Tapia
El contingente de maestros “democráticos” se congrega en el obelisco a Lázaro Cárdenas. El anuncio está hecho: avanzarán por toda la avenida Madero hasta llegar al Palacio Legislativo. Sólo hay un inconveniente, en el camino, frente a Palacio de Gobierno están apostados los integrantes del movimiento antorchista.
Hace apenas unos días tuvieron un enfrentamiento que derivo en golpes y que dejó 10 heridos, según cifras oficiales. Ahora, estaban en el camino.
Los profesores suben por la avenida, gritan sus tradicionales consignas, exigen justicia por los normalistas de Ayotzinapa, guerrero, desaparecidos desde el 26 de septiembre pasado, entre otra serie de exigencias que remarcan en el altavoz.
Son cerca de 350 elementos de las Fuerzas Ciudadanas dispersos para asegurar que no haya un nuevo enfrentamiento entre los democráticos y los antorchistas.
Los integrantes del magisterio democrático, cuadras antes de llegar a la zona donde están los antorchistas, dan la vuelta, los evaden. Buscan otra vía, llegan finalmente frente al Congreso del Estado. Exigen la salida de Movimiento Antorchista de las escuelas.
En dos cuadras distintas están los dos grupos, cada uno frente a un palacio. Ambos bloqueando. Ambos exigiendo.
Sólo una calle y filas de policías separan a los dos movimientos. Aunque está la premisa de que no habrá roces ni provocaciones, el antecedente de hace unos días no confía a las autoridades, quienes prefieren a la Fuerza Ciudadana en medio de los grupos de manifestantes.
Cada grupo lanza sus consignas. Cada grupo, en el respectivo palacio que bloquea, en las paredes de cantera, pega cartulinas, pancartas. Recriminan el actuar del gobierno. Se echan culpas, se señalan. Hacen lo mismo, cada uno desde su “palacio”, desde el recinto que eligieron bloquear.